El domingo 10 de julio, a las 22 horas, el prior general, Miguel Miró, convocaba a los religiosos elegidos por sus hermanos para participar en este capítulo provincial. Después del saludo de bienvenida ofreció unas orientaciones con el fin de que la reunión fuera más eficaz. En este primer encuentro, los frailes capitulares recibieron un dossier con toda la información de los tres últimos años sobre el estado de la provincia, presente en Perú, España y Venezuela.
El lunes, con la misa del Espíritu Santo, que también presidía el prior general, comenzaba oficialmente el capítulo. Tras el canto del “Veni Creator”, el padre Miguel Miró invitó a los participantes a buscar “actitudes básicas para el desarrollo del capítulo: oración y visión de fe, mirada hacia el futuro, docilidad al Espíritu, sentido de Orden y comunión con la Iglesia”.
Venezuela y Perú
En la segunda sesión, el provincial, Ismael Ojeda, junto a los vicarios de Venezuela y Perú presentaron el informe sobre el estado de la provincia.
En Venezuela, los religiosos agustinos recoletos de la provincia son 38 repartidos en ocho comunidades. Cuentan con un seminario propio, en Palmira (Táchira), y atienden en Caracas tres colegios con 4.250 alumnos. Se encargan de ocho parroquias en seis ciudades distintas y prestan sus servicios en el santuario de la Beata María de San José, en Maracay (Aragua).
En Perú los agustinos recoletos son 48 distribuidos en siete comunidades. Aquí los seminarios son dos, ambos en Lima. También en la capital hay dos colegios, en los que cursan estudios 1.450 alumnos. Las parroquias son cinco, tres en Lima, una en Chota y otra en Chiclayo. Una peculiaridad de Perú es que hay dos religiosos apoyando a dos de los tres obispos que la Orden tiene en aquel país: en concreto, a los obispos de Chachapoyas, Emiliano Cisneros, y de Cajamarca, Carmelo Martínez