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Medio centenar de agustinos recoletos se reúnen en Río de Janeiro para renovar y contagiar su vocación

 

En realidad, casi la mitad de los asistentes, 23, llevaban allí desde el día 9 y han prolongado su estancia hasta el 4 de febrero. Son los participantes en el Curso de Renovación, la más antigua actividad de formación permanente que se lleva a cabo en la Orden. Comenzó a organizarse en los primeros años 70 y desde entonces se ha venido celebrando con una cadencia anual, alternando entre Europa, América y Asia. Éste de Rio correspondía a América y casi todos los participantes procedían de ocho países repartidos por la geografía americana.

Se trata de un curso que busca refrescar los conocimientos de los religiosos, pero también prioriza la convivencia y la apertura a la realidad amplia de la Orden, más allá del lugar donde cada fraile trabaja. Concluye con una semana de ejercicios espirituales. Todo ello, unido al ritmo sosegado propio del mes, las óptimas condiciones de las casas escogidas y las excursiones de fin de semana, explica el éxito de la iniciativa, que se ha mantenido durante cuatro décadas. Es una auténtica cura de salud síquica y espiritual, a la que cada religioso debe someterse cada 10 años, al menos.

Vivir para contagiar

Los asistentes al Curso de Renovación se planteaban, en el fondo, el sentido de su vocación religiosa y la forma mejor de vivirla. Mientras que los otros 28 frailes que se les sumaron entre el día 16 y el 20 se cuestionaban cómo contagiarla, cómo descubrir y vitalizar la vocación religiosa en otras personas. Eran los promotores y animadores vocacionales de toda la Orden, y habían acudido a Río de todos los puntos del orbe, convocados por el Secretariado General de Pastoral Vocacional.

Los dos grupos de agustinos recoletos estuvieron juntos tres días, de lunes a miércoles. Por la mañana escuchaban las ponencias de especialistas en la materia. La tarde la dedicaban a reunirse, contrastar opiniones e intercambiar experiencias que más tarde ponían en común ante todos. Tuvieron también ocasión de conocer, asimilar y enriquecer los dos documentos vocacionales que la Orden ha producido en los últimos años: el Plan de Pastoral Vocacional (2004) y el Programa de Animación Vocacional (2011).

Revitalización

A partir del día 19, las reuniones se hicieron por separado. Promotores y animadores dedicaron de lleno su tiempo a analizar las formas y técnicas que permiten acompañar mejor a los jóvenes que sienten la vocación. Y, por su parte, los asistentes al Curso de Renovación siguieron atentos a la llamada del Señor, que los convoca a renovar su vida.

Ni unos ni otros estaban solos. De alguna forma, el Sitio Santo Agostinho era en este tiempo el centro de la Orden. Además de los dos consejeros generales, Jairo Gordillo y José María Sánchez, que presidían las actividades, también se hizo presente el prior general, Miguel Miró. A él le correspondió, incluso, dirigir los trabajos de los días 19 y 20 en torno al tema estrella de la “Revitalización y reestructuración de la Orden”. Y otro tanto hizo, a partir del 23 y hasta el 26 de enero, monseñor Jesús María Cizaurre, obispo de Cametá (Brasil), sobre el tema de la “Nueva evangelización y las nuevas constituciones”.

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