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El Hogar Santa Mónica de Fortaleza devuelve una vida digna a 41 menores agredidas sexualmente

Actualmente el Hogar Santa Mónica acoge a 19 niñas, distribuidas en dos grupos de edad (6-12 y 13-16 años), para atender adecuadamente sus necesidades y ofrecerles ocupaciones, seguimiento y tratamientos adaptados.

El principal motivo de acogida institucional en el Hogar Santa Mónica es que las niñas residentes hayan sufrido abuso sexual denunciado ante las autoridades. Pero no siempre es así. Existen otros motivos, como la sospecha fundada de estar sufriendo abuso o explotación sexual, la situación de abandono (“niñas de la calle”), la negligencia familiar en el cuidado, la violencia y los malos tratos, etc.

La estadística es terrible. De las 41, doce sufrieron abuso sexual; diez negligencia familiar y abandono físico; en otros seis casos existían sospechas fundadas de haber sufrido abuso sexual; en cinco casos se daban graves negligencias familiares respecto a su alimentación, salud, cuidado o crecimiento; en cuatro casos había sospecha de explotación sexual comercial (prostitución infantil); en tres casos esta explotación sexual estaba plenamente confirmada; y, finalmente, dos vivían solas en la calle.

Unidad de alta complejidad

El Hogar Santa Mónica es un Centro de Acogida Institucional, considerado por el Consejo Nacional de Asistencia Social de Brasil como una “Unidad de Alta Complejidad”. En él se trabaja para devolver la dignidad humana y los derechos como ciudadanas a todas estas niñas/adolescentes y a sus familias. Una oportunidad para rehacer sus vidas y soñar con un futuro mejor.

La mayoría de las pequeñas que han pasado por el Hogar Santa Mónica son oriundas de Fortaleza, pero también se han atendido algunos casos de municipios limítrofes, de la llamada “Gran Fortaleza”, que participan de la misma problemática social que la capital cearense.

La atención que se les ofrece es integral: se cuida su salud (consultas odontológicas, ginecológicas, oftalmológicas, psiquiátricas, psicológicas análisis, vacunas), sus derechos civiles (certificados, carnets de identidad) y su educación. Además de atenderlas a ellas, se trabaja también con sus familias.

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