Los tres primeros días de reflexión estuvieron a cargo de la hermana Manuela Oliveira, religiosa carmelita misionera del Sagrado Corazón, que ha trabajado más de treinta años en el servicio de animación vocacional en diversas partes del territorio brasileño. Oliveira abordó directamente el tema de la cultura vocacional, en un recorrido por los diversos documentos del magisterio desde el Concilio Vaticano II hasta el día de hoy, recalando particularmente en los documentos elaborados por la Conferencia Nacional del Episcopado Brasileño (CNBB), en los documentos conclusivos de los dos congresos internacionales de promotores y animadores vocacionales de Itaicí, Brasil (1995) y Cartago, Costa Rica (2011), y en el documento conclusivo de la V Conferencia del Episcopado Latinoamericano y del Caribe (2007).
Los 28 agustinos recoletos que participaron en él, analizaron con su ayuda el contenido del Plan de Pastoral Vocacional de la Orden (2004). También estudiaron, punto por punto, el programa de animación de la Orden elaborado en octubre de 2011, con el fin de mejorar su contenido. Los animadores vocacionales se encargarán de elaborar materiales que ayuden a hacer efectivo este programa.
Tarea de todos
El prior general, Miguel Miró Miró, recordó que la tarea vocacional es hoy un gran desafío, pero que “no debería cundir el desánimo, sino la alegría ante el reto, y avivar la imaginación para ver cómo involucrar a todos los religiosos en una tarea que es de todos”.
El hermano marista Eder D’Artegnan Ferreira Guimarães dirigió las dos últimas sesiones, abordando el tema del acompañamiento vocacional. Los animadores vocacionales realizaron un trabajo interactivo para reconocer los lugares, presencias y contactos con los jóvenes.
El ponente centró la última parte de su trabajo en ayudar a los participantes a interpretar las preguntas que se hacen en su tarea de animadores vocacionales y a tender puentes con las posibles soluciones que se vislumbran en el horizonte.