En 1982 se erigió la Fraternidad Seglar, que ahora cumple 30 años. El 5 de mayo ha tenido lugar la celebración, precedida de un ciclo de conferencias y coincidiendo con la ordenación sacerdotal de un agustino recoleto nacido en Belém.
Uno de los conferenciantes ha sido monseñor Jesús María Cizaurre que, antes de ser obispo, había sido misionero en la isla de Marajó, a la otra parte del Amazonas, y que luego había regentado esta parroquia de Belém. Cizaure es actualmente obispo de Cametá, prelatura de esta misma región amazónica y, desde el pasado 25 de abril, administrador apostólico de la vecina diócesis de Marabá. También es presidente de la sección regional de la Conferencia Episcopal Brasileña.
Ese mismo día, 5 de mayo, monseñor Cizaurre ordenó sacerdote al joven agustino recoleto Ricardo Catete. Fray Ricardo es natural de Belém, y en la comunidad de su barrio celebró al día siguiente su primera misa después de la ordenación. Ésta solemne eucaristía fue la elegida como acción de gracias por los 30 años de “caminhada” de la Fraternidad Seglar. Entre las ofrendas, se presentaba una nueva imagen de la patrona de los seglares agustinos recoletos, santa Magdalena de Nagasaki.
La Fraternidad Seglar Agustino-Recoleta está formada por seglares que desean vivir su vida cristiana inspirándose en la doctrina y ejemplo de san Agustín y en el espíritu de la Orden recoleta. La de Belém está formada en la actualidad por unas 40 personas que, por un lado, toman parte muy activa en las actividades de su parroquia y, por otro, tienen sus encuentros de fraternidad cada 15 días. También celebran en grupo la eucaristía el 28 de cada mes, en recuerdo de la fiesta de san Agustín (28 de agosto), y tienen otras reuniones de carácter espiritual, como son los dos retiros anuales, uno en cuaresma y otro en adviento
Desde Filipinas
En Belém están los agustinos recoletos desde 1899. Acababan de ser expulsados de Filipinas, y les habían bastado pocos meses para llegar a este otro extremo del mundo, en la desembocadura del Amazonas. No habían pasado aún cuatro lustros cuando atravesaron el río más grande de la Tierra para hacerse cargo de la misión de Marajó. Desde entonces, Belém ha servido como base de aprovisionamiento y de operaciones de la misión. Pero también en Belém, en el barrio de Canudos, se erigió la parroquia de San José de Queluz el año 1959. Y desde el comienzo esta parroquia fue encomendada a los agustinos recoletos que, 20 años más tarde, establecieron allí un seminario menor.