Entre los días 24 y 30 de septiembre del año en curso se reunió en Suba (Bogotá, Colombia) un reducido equipo de trabajo constituido por religiosos especialmente dedicados al área del apostolado juvenil. Eran siete en total, procedentes de Argentina, Colombia, España, República Dominicana y Venezuela, y los convocaba José María Sánchez, consejero general presidente del Secretariado de Apostolado Educativo y Pastoral Juvenil. Su cometido estaba determinado por la ordenación 9.1 del Capítulo General de 2010: “Elaboren y publiquen un itinerario formativo de las JAR, así como materiales sobre formación, oración, vida comunitaria y acción social”.
El equipo desarrolló su plan de trabajo en varias fases. En la primera, estudiaron con detenimiento los estatutos de las JAR y consensuaron algunas enmiendas a los mismos. La segunda fase giró en torno a la búsqueda de un Itinerario común de las JAR para toda la Orden. Alcanzado el acuerdo, los miembros del equipo abordaron la tercera fase del trabajo: elaborar un sencillo Manual en el que explicar qué son las JAR, cuáles sus fines, a quiénes van dirigidas y cómo funcionan. Por fin, en la cuarta fase, se propuso un plan de trabajo para los próximos trece meses, durante los cuáles los miembros del equipo desarrollarán las etapas de este Itinerario con sus objetivos, temarios, celebraciones, materiales…
Movimiento católico
En este momento, se está a la espera de la presentación al padre General y su consejo de las modificaciones propuestas a los estatutos, así como del Manual y el plan de trabajo elaborado.
Realmente este encuentro está marcando en la Orden un antes y un después, tanto a nivel de comunión y trabajo común entre las provincias como en la propia historia y desarrollo de las JAR.
JAR responde a las siglas de “Juventudes Agustino-Recoletas”. Es un movimiento católico fundado por la Orden de Agustinos Recoletos. Tiene por objeto la vivencia y difusión del carisma agustiniano entre los jóvenes. Su expansión por los ministerios agustino-recoletos es desigual: desde la presencia de numerosos grupos, precomunidades y comunidades JAR en Argentina o Venezuela, pasando por países donde se están dando pasos importantes, como Brasil, Colombia, España, Filipinas, Guatemala, Panamá o República Dominicana, hasta países donde el desarrollo resulta más lento, está en sus inicios o aún no ha comenzado, como Chile, Costa Rica, Reino Unido, México o Perú.