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Monseñor Olavio, en el recuerdo

Sus exequias se realizaron el miércoles 12 de junio, en la parroquia de San Nicolás de Tolentino en Bogotá, en una eucaristía que presidió el Arzobispo Primado de Colombia, cardenal Rubén Salazar Gómez. Los restos fúnebres fueron trasladados posteriormente al convento de El Desierto de la Candelaria.

Fraile y obispo

Monseñor Olavio nació el 6 de febrero de 1932 en Manizales, Caldas, Colombia. Hijo de Joaquín y Margarita. Tomó el hábito el 28 de septiembre de 1947 en el convento de Suba y profesó el 29 de septiembre del siguiente año allí mismo. Viajó a Roma (Italia) en septiembre de 1951 y emitió los votos solemnes en el Colegio Internacional de San Ildefonso de dicha ciudad el 7 de febrero de 1953. Fue ordenado sacerdote el 30 de octubre de 1955 en Roma por el cardenal Luis Traglia.

Haren Monseñor Olavio Recibió la ordenación episcopal en la Catedral de Bogotá de manos de monseñor Eduardo Martínez Somalo, nuncio de Su Santidad en Colombia, el 7 de agosto de 1977, con la presencia del cardenal Aníbal Muñoz Duque y una buena representación del episcopado colombiano. Tomó posesión del Vicariato de Casanare en acto solemne realizado en Yopal ante el nuncio Martínez Somalo y ocho obispos más, el 28 de agosto de 1977.

Formación y destinos

Los estudios de humanidades los realizó en La Linda. La filosofía la cursó en El Desierto de la Candelaria y la teología en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma, obteniendo el título de licenciado. Se especializó posteriormente en el Pontificio Instituto Bíblico de Roma, donde se licenció en Sagrada Escritura.

A su regreso a Colombia en 1957, fue nombrado subprior y vicemaestro del coristado en el convento de Suba. En 1959, vicario prior del mismo convento. En 1962, prefecto de estudiantes en el teologado en Suba, y en 1965 prior del Convento. En 1969 fue trasladado a Palmira: como rector interino del colegio, de mayo a agosto; y como secretario, hasta diciembre del mismo año. Primer consejero provincial en diciembre de 1969 y prior provincial en 1971, por promoción al episcopado del padre Rubén Buitrago, hasta culminar el período. Posteriormente fue reelegido provincial hasta 1975. En febrero de 1976, después de su provincialato fue trasladado a la parroquia de Monterrey como párroco y profesor de la Normal, hasta el 6 de julio de 1977, en que fue preconizado Obispo titular de Stróngoli y Vicario Apostólico de Casanare, sucediendo a monseñor Arturo Salazar, quien había sido trasladado a la diócesis de Pasto.

Fue miembro de la Sociedad Mariológica de Colombia desde 1966 y de la Asociación Colombiana de Escrituristas Católicos. Fue profesor de Historia de la Salvación y Griego en la Facultad de Filosofía de la Universidad de San Buenaventura en Bogotá. Delegado al Capítulo General en 1968. Profesor en el teologado de Suba desde 1957 hasta 1969, en las áreas de Sagrada Escritura, Teología Pastoral, Filosofía, Lenguas Bíblicas y Agustinología.

Episcopado

Haren Funeral En 1999 presentó su renuncia como Vicario Apostólico y fue nombrado Administrador Apostólico de la Diócesis de Yopal y del Vicariato Apostólico de Trinidad de 1999 a 2001.

A lo largo del ejercicio de su episcopado, se preocupó por la organización permanente de cursos, encuentros, semanas de formación y seminarios; enriqueciendo de esta forma la práctica evangelizadora tanto de sacerdotes religiosos y diocesanos como de seglares. Se destacó por las visitas permanentes a las parroquias y veredas del entonces Vicariato Apostólico de Casanare; visitas que realizaba sin protocolos de ninguna clase, sino con un sentido totalmente pastoral y apostólico. Monseñor Olavio gustaba del contacto directo con sus fieles en todo momento; lo que facilitó la solución de muchos problemas y dificultades y sobre todo la transmisión del mensaje evangélico.

Dentro de la Conferencia Episcopal de Colombia, fue Secretario de la XXXIV Asamblea Plenaria. En el trienio 1981-1984 fue presidente de la Comisión de Vida Consagrada, que también hacía las veces de Comisión Mixta de Obispos-Superiores Mayores para el diálogo con los religiosos. Fue miembro de la Comisión de Pastoral Profética y Litúrgica. Fue nombrado delegado de la Conferencia para el Apostolado Bíblico en el país. Y perteneció al Comité de Coordinación Misional.

Con miras a una mejor preparación de los seminaristas mayores de su Vicariato, los trasladó al Seminario de Tunja y posteriormente de nuevo al Seminario Intermisional San Luis Beltrán de Bogotá.

Durante su tiempo de trabajo en el Vicariato de Casanare, se preocupó por dar respuesta a los retos pastorales aumentando el número de sacerdotes. Para tal efecto no escatimó ningún esfuerzo, llegando a pedir ayuda a la Orden, a la Provincia y a otras diócesis vecinas. Trabajó incansablemente por la promoción vocacional en los pueblos del Vicariato y en las Diócesis de la Provincia Eclesiástica, con el visto bueno de los obispos respectivos.

Ante la Conferencia Episcopal y la Nunciatura Apostólica, fue el promotor de la creación de la nueva Diócesis de Yopal y del Vicariato Apostólico en Trinidad.

Guía y maestro

Haren Funeral Una vez se le declaró obispo emérito, siguió trabajando, fruto de su amor a la Iglesia; por tal razón desde septiembre de 2001 hasta diciembre de 2008, se desempeñó como Vicario General de Religiosos de la Arquidiócesis de Bogotá. Regresó al seno de la Orden, viviendo durante estos años en la comunidad local del Colegio Agustiniano Norte y parroquia de San Nicolás de Tolentino.

Sus estudiantes guardan gratos recuerdos de Monseñor, pues a la par de la exigencia que imprimía a su cátedra, también estaban sus gestos de fraternidad, con los que imprimía un carácter muy peculiar a sus clases. Monseñor Olavio se ganó la estima de su clero tanto en Casanare como en la Arquidiócesis de Bogotá; y siempre contó con el entrañable afecto de sus hermanos de hábito, que le acompañaron hasta los últimos momentos.

Con la lucidez propia de sus grandes dotes y su acrisolada experiencia pastoral, fue maestro y guía espiritual de un sinnúmero de personas; quienes agradecen sus sabias orientaciones y la caridad material que prodigó a muchos en distintos momentos.

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