Cruz Roja decía, en un primer momento, que había más de mil quinientos muertos, aunque solo habían recuperado cien cuerpos. Las distintas fuentes de información han pasado ya de esos primeros datos a comunicar que los muertos podrían ascender a diez mil. En la zona más azotada por el nuevo tifón viven los familiares de los frailes Leander Barrot, Larry Garces, Tony Limchaypo, Ren-ren Villalino, Chote Bitangjol, Nonie Morillo, Delfin & Randy Castillo, Glynn Ortega, Gideon Lagrimas y de varios formandos. También tienen un colegio y viven muchos de los familiares de las Augustinian Recollect Sisters. Hasta ahora no tienen ninguna comunicación con ellos.
El Secretario General de la Orden, Francisco Javier Tello, ha enviado una nota desde Roma a todas las comunidades pidiendo elevar “una oración especial en nuestros ministerios por todos los afectados en estas tierras tan entrañables para la Orden”. En el mismo texto aprovechaba para recordar que “la Orden tiene abierta una cuenta bancaria para recaudar, en todo el mundo, fondos destinados a las víctimas. Los datos de la cuenta son los siguientes:
Iban: IT50X0200805134000101559404
Swift: UNCRITM1731
Titular: Curia Generalizia. Fondo sociale
Catástrofe
Haiyan ha barrido todo el centro del Archipiélago filipino, camino de Vietnam. A su paso ha sembrado muerte y destrucción por las islas filipinas de Sámar, Leite, Negros, Cebú, Panay, Palawan y Mindoro, entre otras. Ha afectado gravemente a 36 de las 80 provincias del país y a cuatro millones de personas, de las cuales se calcula que unas 800.000 han quedado sin vivienda.
La ciudad de Tacloban (220.000 habitantes), capital de la provincia de Leyte, ha quedado arrasada. Su ubicación costera ha hecho que recibiera de lleno el impacto de las olas, de cinco y más metros de altura, que han invadido sus calles. Para Tacloban, Haiyan ha tenido el efecto de un tsunami: edificios derruidos, árboles y postes eléctricos arrancados, coches amontonados… El aeropuerto está totalmente en ruinas y cerrado al tráfico comercial. Los muertos se cuentan por miles; y han de ser muchos más en las otras poblaciones, de las que empiezan a tenerse noticias. Lo hace temer, por ejemplo, el hecho de que la catedral de Palo, metropolitana de Leyte, cuyos orígenes se remontan a 1596, haya quedado también destruida.
Pendientes de información
Limítrofe con la capital de la provincia de Leyte, Tacloban -en dirección sudoeste- se encuentra Alangalang, pueblo de 50.000 habitantes. Su Colegio de la Santísima Trinidad es el único ministerio que la familia agustino-recoleta tiene en la isla de Leyte. Lo dirigen las Augustinian Recollect Sisters, congregación filipina nacida a comienzos del siglo XVIII en torno al santuario de la Virgen del Carmen o San Sebastián, de Manila. En total, son 250 hermanas distribuidas en 36 comunidades de Filipinas y otras cuatro en el extranjero.
De ellas, de los familiares de muchos religiosos agustinos recoletos procedentes de Leyte y de las víctimas y damnificados en general, están pendientes los agustinos recoletos. Desde Colombia, donde preside el capítulo de aquella provincia, el prior general, Miguel Miró, se ha dirigido al superior de Filipinas, Lauro Lárlar, manifestándole su solidaridad y la de toda la Orden, al tiempo que le pide información sobre sus comunidades y las familias de los religiosos. Le comunica igualmente el envío de una ayuda en metálico por medio de la cuenta social abierta con motivo de la reciente tragedia del terremoto. En fin, se despide orando por las víctimas, por las que también ha rezado el capítulo provincial de Colombia que está presidiendo.
Del terremoto al tifón
El frente de acción social recoleto en Filipinas lo forma la Comisión para Asuntos Sociales y Ecológicos, a quien la novedad del tifón ha sorprendido volcada en la atención a los damnificados del terremoto del pasado 15 de octubre. Mientras Haiyán asestaba sus primeros golpes sobre el Archipiélago, entre el 6 y el 8 pasados, ellos llevaban a cabo en Bohol campañas de distribución de ayudas.
El día 6 la Comisión había publicado su último comunicado, en el que se comprometía a seguir compartiendo su “espíritu recoleto de reedificar comunidades”. “Muchos de nuestros hermanos y hermanas de Bohol ‑decía‑ viven todavía en tiendas y necesitan comida y materiales para reedificar sus casas. Con tu ayuda, colaboramos en la reconstrucción de las vidas de los afectados”.
No es tiempo todavía de concretar noticias sobre la devastación que ha supuesto Haiyan para las Islas Filipinas. Algunas, muy escasas, van llegando. Sabemos que ha sufrido graves desperfectos la barca “Saint Ezekiel Moreno” de que se sirve la misión agustino-recoleta de Casián, al norte de la isla de Palawan. También se nos dice que ha quedado devastada toda el área de Coron, histórica misión recoleta en el archipiélago de las Calamianes, zona norte de Palawan también.
De seguro harán falta muchas más tiendas de campaña, mucha más comida y ayuda material de todo tipo; y sobre todo hará falta muchísima más solidaridad para reconfortar espíritus y reconstruir comunidades.