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Esperanza Pascual en la isla de Mambakayao

Reunimos a los líderes de la comunidad y nos informamos sobre el modo en que podrían reconstruir juntos la comunidad de Mambacayao. Entre las propuestas seleccionamos las siguientes: reedificar la capilla, construir dos baños comunitarios (en toda la isla sólo dos familias poseen baño), edificar un depósito de agua (la comunidad depende del agua de lluvia), reedificar las casas, y construir una escuela comunitaria para programas de alfabetización, cómputo y mantenimiento.

Para reconstruir la comunidad se requiere organizarlos antes como pueblo. Les exhortamos a unirse, a zanjar los conflictos y les animaron a afrontar sus problemas internos y externos. Pudieron reorganizar la cooperativa pesquera, llamada Asociación de pescadores de Mambacayao Dako (FAMD).

Intenté incorporar algunas historias de sus esfuerzos en un artículo publicado en Rappler.com con el título “Necesitamos el gobierno para proteger a los pobres, no a los ricos”. La historia tuvo más de nueve mil lectores y visitas en Facebook. Suscitó reacciones airadas y también abrió muchos corazones.

La historia de Mambakayaw es la historia de muchas comunidades isleñas que han sido abandonadas a sus propias fuerzas, en contaste con el desarrollo y progreso que proclaman los líderes de nuestro gobierno. Ciertamente, intenté inculpar en parte a nuestro gobierno de la ineficacia de la administración, y hasta sugerí que “la situación estaba madura para una revolución”.

Invitamos a obrar siguiendo nuestro modo de ayudar: “Si no los ayudamos, qué les sucederá”.

Esperanza es el mensaje

La resurrección de Jesús es la esperanza de la gloria pascual. Dar esperanza. Esta es la estrategia de la Org.Corazón Anónimo (HEARTanonymous.org). Organizamos el Mambacayao reedificado (10 días, 10 carpinteros, 10 casas) entre el 24 de marzo y el 2 de abril. En realidad, estuvimos allí más de diez días, y logramos construir 15 casas, una capilla, dos baños comunitarios, un depósito de agua y cinco pumpboats, y distribuimos 20 lámparas: todo un prodigio de bondad. Aún más, transformamos a los carpinteros en constructores de comunidad: viajaron con los ancianos de la comunidad, quienes les ayudaron a cumplir su misión.

“Maayo na lang naabot mo, kay nahatagan mi sa among panganginahanglan” (Agradecemos vuestra venida porque hemos recibido lo que necesitábamos), dijo Filomena Yonzon, beneficiaria de una casa HEART. La comunidad, que al principio vacilaba sobre colaborar o no, ahora rebosa de gratitud y esperanza de que, si se unen como pueblo, pueden levantarse de la destrucción y del desamparo en que yacen.

Unidos para ayudar a Mambacayao, Balay Kinabuhi fue organizada para socorrer a los supervivientes del Yolanda con el fin de proporcionar un modo de vida sustentable a las familias y comunidades afectadas por el tifón. Es un centro integrado de mantenimiento situado en las dependencias de la parroquia de San Francisco de Asís, y dirigido por JPIC de los Carmelitas, la asociación Recoletos’Heartanonymous.org, las hermanas de la Presentación, Balayan-USLS, ASIN y los misioneros rurales de la isla de Negros.

Entre los programas en proceso de realización están: comida para el mantenimiento (productos pesqueros), preparación ecológica a través de cómics, becas para colegiado (educación superior) para supervivientes del Yolanda que la merezcan y reanudación de la construcción de pumpboats para las víctimas del tifón como medio para elevar su calidad de vida. Hasta la fecha Balay Kinabuhi ha construido casi 60 pumpboats para las víctimas del tifón. Balay Kinabuhi espera equipar a los aprendices del programa de sustentamiento con conocimientos y técnicas empresariales.

Papa Francisco: “Frente a la miseria, la Iglesia ofrece su servicio”

Las palabras del papa Francisco en su mensaje para la cuaresma de 2014 nos exhortan con fuerza a colaborar en la reconstrucción de las comunidades: “La miseria material es la que habitualmente llamamos pobreza y toca a cuantos viven en una condición que no es digna de la persona humana: privados de sus derechos fundamentales y de los bienes de primera necesidad como la comida, el agua, las condiciones higiénicas, el trabajo, la posibilidad de desarrollo y de crecimiento cultural. Frente a esta miseria la Iglesia ofrece su servicio, su diakonía, para responder a las necesidades y curar estas heridas que desfiguran el rostro de la humanidad. En los pobres y en los últimos vemos el rostro de Cristo; amando y ayudando a los pobres amamos y servimos a Cristo. Nuestros esfuerzos se orientan asimismo a encontrar el modo de que cesen en el mundo las violaciones de la dignidad humana, las discriminaciones y los abusos, que, en tantos casos, son el origen de la miseria”.

Nuestro trabajo es un mensaje de esperanza, cercano al corazón de quien sufrió, murió y resucitó: Jesús. La gente de Mambacayao está próxima al corazón de Cristo. Jesús lo afirmó en esta lectura pascual: “Id a decir a mis hermanos que vayan a Galilea, allí me verán” (Mateo 28,10). Nuestro trabajo en Mambacayao continuará. Ahora estamos dando prioridad a los programas de alfabetización y cómputo para niños y adultos. Todavía tenemos que volver a Mambacayao y, junto con vosotros, decir a otros que vayan a Mambacayao.

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