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Los agustinos recoletos de Lábrea luchan contra el tráfico de drogas y de personas

Según informa la agencia de prensa de las Obras Misionales Pontificias, la mesa redonda contó, entre otros participantes, con la misionera comboniana Gabriella Bottani, milanesa residente en Porto Velho, Rondônia, y perteneciente a la dirección de la red “Un grito por la vida”. Aportó datos reales, verificando la situación de esta realidad en Brasil. Esta cita informativa sobre tráfico de drogas y de personas consiguió reunir a prácticamente toda la sociedad civil de Lábrea.

El convocante fue el obispo agustino recoleto, Monseñor Jesús Moraza. Junto a él participaron el alcalde del Ayuntamiento de Lábrea, Evaldo Gomes, y el secretario de Educación. También participó la cámara municipal de concejales; la policía militar; el Consejo Tutelar de Menores; el Centro de Referencia Especializada de Asistencia Social (CREAS); las iglesias evangélicas; y dos psicólogas, una de Lábrea y otra de Canutama.

Se pudo reflexionar sobre el tráfico de personas, el tráfico de órganos, la explotación sexual comercial o no comercial de menores y mujeres, y la difícil situación de la infancia. Tuvo como conclusión que ambas realidades crecen, se fortalecen y se ceban con los habitantes de esta región del sur del Estado de Amazonas donde evangelizan los Agustinos Recoletos.

Denuncia

Los municipios de Tapauá, Canutama, Lábrea y Pauiní, que integran la Prelatura de Lábrea, cuentan con un grave problema: la intrínseca unión entre tráfico de personas, tráfico de drogas (el Purús es una de las rutas de distribución de estupefacientes más importante entre Bolivia, Perú y Brasil) y una cierta impunidad general que hace necesaria una mayor inversión en políticas públicas y de seguridad, así como una más ágil administración de justicia.

La cámara de concejales, que representa al poder legislativo local en el sistema jurídico y político brasileño, se mostró abierta a recibir ideas y proyectos que saquen a los más jóvenes de esas situaciones de riesgo y vulnerabilidad que viven frente a las mafias del tráfico.

Falta de recursos

Por otro lado, se abordó la falta de recursos de las familias frente a esta realidad. La mayor parte de los casos de tráfico de drogas y explotación sexual de personas se dan dentro del ambiente familiar, con frecuencia entre parientes.

Desde este espacio de diálogo y reflexión, se invita a la sociedad local a hacer frente a estos graves delitos contra los derechos humanos, que consisten en tratar a las personas más vulnerables como mercancía que puede ser comercializada. Para ello es necesario la denuncia pública de situaciones como el tráfico humano, el tráfico de drogas, el trabajo esclavo y la explotación sexual de niños y adolescentes.

Sólo mediante la denuncia pública muchos de estos casos, que se conocen y viven en el ambiente familiar y privado, podrán ser tratados y ofrecerán las pistas necesarias para una investigación y para poner a los responsables verdaderos bajo la ley.

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