El festival Música Sacra
Igual que los dos anteriores, el tercer Festival de Música Sacra se había convocado en la histórica basílica de San Sebastián, en el corazón de Manila. Las fechas marcadas correspondían al fin de semana del 29-31 de mayo. En las misas de 7,30 pm del viernes y sábado, y en todas las de la tarde del domingo 31, de 4 a 8 pm, intervendrían conocidos grupos corales y conjuntos musicales de fama. La entrada sería libre.
Este año el Festival revestía una peculiaridad que lo hacía especialmente notable, pues todas las composiciones eran obra de músicos filipinos. Y también se había seleccionado con todo cuidado un total de 12 corales. Aunque la estrella era un único personaje, cuyo nombre se destacaba en el cartel oficial: “Con la participación especial de su Eminencia el Cardenal Luis Antonio Tagle”.
Durante el concierto del sábado llovía mucho, aunque luego amainó. La iglesia no estaba tan llena como esperábamos, a pesar de la publicidad que habíamos hecho. Con todo, esta tercera edición del festival Música Sacra ha sido más ambicioso que los dos anteriores.
Todos los artistas sin excepción renunciaron a sus emolumentos. Consideraron un honor ser llamados a cantar en San Sebastián. La iglesia no sólo tiene una apariencia magnífica, sino también una acústica excepcional.
El festival Música Sacra es fruto de los esfuerzos de la Fundación para la Conservación y Mejora de la Basílica de San Sebastián, que ha puesto en marcha un programa de 10 años para recuperar esta iglesia totalmente construida en hierro. La basílica, además, contiene algunas de las obras de arte más destacadas de pintores y escultores filipinos, como Lorenzo Roca, Lorenzo Guerrero o Isabelo Tampingco, muchas de cuyas obras se han perdido. A día de hoy, este admirable edificio, que se inauguró en 1891, necesita urgente restauración de más de 300 fisuras y todo un proceso de corrosión muy avanzado. La Fundación para la Conservación y Mejora de la Basílica de San Sebastián, que se encarga del mantenimiento del edificio, mereció en 2011 una asignación del Departamento de Estado norteamericano, hecha llegar a través del Fondo para la Protección Cultural de la Embajada de Estados Unidos en Manila.
Un Cardenal cantante
Llegaba de Roma dos días antes del concierto. Unas semanas antes, había aceptado de inmediato cantar en el festival Música Sacra; pero luego le llegaron algunos compromisos de parte de la Santa Sede: la presidencia de Caritas Internacional y, un poco después, la de la Federación Bíblica Católica. De manera que tuvimos que informarnos por otras personas sobre los cantos que más le gustaban. Se nos dijo que eran Hidden God (Dios escondido) y Sanlibong Buhay (Mil vidas). Nuestro director musical hizo los arreglos de estos dos cantos, con las voces y el acompañamiento con teclado y rondalla. El mismo viernes 29, se nos avisó de la oficina del Cardenal que no se sabía entero el canto Hidden God y que sólo cantaría Sanlibong Buhay.
El sábado su actuación comenzaba a las 7,30 pm, y llegó a San Sebastián un poco antes de las siete. Lo recibimos en la sala de la comunidad, y lo invitamos a cenar. Todo el tiempo estuvo sencillo y de muy buen humor. Nos contó que de vez en cuando canta en parroquias de la diócesis con el objeto de recaudar fondos; se reía al comentar que es su presencia, más que sus cualidades, lo que hace que la gente sea generosa. En un Filipinas, viene a recordar la importancia de la música sacra, incluso en el ambiente político. Poco después de la Revolución EDSA de 1986, que determinó la caída de la dictadura de Marcos, la presidenta Corazón Aquino tuvo una vez dificultades para volver a su casa, debido a las manifestaciones masivas. Alguien tuvo la idea de entonar un canto litúrgico muy popular basado en Rom 14, 7-8 (Si vivimos, vivimos para Dios…). Enseguida se calmó la multitud.
El Cardenal ensayó su canción un poco antes de actuar. El canto le salió muy bien. Después, ya en la sacristía y fuera, en el atrio, los fieles se agolparon a su alrededor queriendo fotografiarse con él, a lo que él accedió con gusto en todo momento.
Cuarto Centenario de Cavite
Le comentamos que los agustinos recoletos estábamos en el segundo año de preparación al 400 aniversario de nuestra presencia en Cavite, y que este año el centro de actividades era Imus. Respondió que le encantaría ser invitado. Él procede de esta diócesis, fue bautizado en la catedral construida por los recoletos y en ella fue párroco más tarde. Fue nombrado obispo de Imus en 2001 y en esta sede permaneció hasta ser elevado a la de Manila, diez años más tarde. Siendo allí obispo, no dejó de recordar a sus sacerdotes que en Imus había habido un pastor santo, san Ezequiel Moreno, a quien debían imitar.