Una viajera de China
En la madrugada del 13 de mayo, después de 24 horas de viaje desde Shangqiu (Honan), llegaba al aeropuerto de Madrid la señora Zhang YueChun, de 56 años. Viajaba en compañía de José Yan Tao, agustino recoleto residente en Shangqiu y delegado al Capítulo Provincial de San Nicolás de Tolentino en representación de los religiosos de China. Junto con otras personas, en el aeropuerto Adolfo Suárez de la Capital de España los esperaba SunShen, de 32 años, hija de Zhang YueChun.
Esto no tendría nada de raro; hoy día es muy normal encontrar ciudadanos chinos viajando, o incluso residiendo, en Occidente. Lo que convierte este caso en algo especial es que Zhang YueChun viajaba a España para ingresar en un monasterio de clausura, concretamente en la comunidad de agustinas recoletas de Vitigudino (Salamanca).
“Se bautizó ella y toda su casa”
No sólo eso. SunShen, su hija, es misionera agustina recoleta (MAR), en España. Y en China tiene otras tres hijas más jóvenes que también son religiosas en la misma congregación: Sun Yuan Yi, Sun ChengZi y Sun Li Jin, de 28, 26 y 23 años. En fin, el miembro más joven de la familia, un chico de 20 años, Sun Guang Le, también ha sentido la vocación religiosa y se está formando para ser agustino recoleto.
Resulta, además, que ninguno de ellos era católico hasta hace pocos años. Formaban una familia normal procedente de la ciudad de Cangzhou (Hebei), aunque residían en Shangqiú. Con motivo de una grave enfermedad, Zhang YueChun tuvo una experiencia espiritual muy intensa. Influida por una hermana suya, que sí era católica, comenzó a ir a la iglesia. Y su recorrido concluyó, como en los Hechos de los Apóstoles, con el bautismo de toda la familia. Las cinco mujeres se bautizaron el 1 de julio de 2007, tomando los nombres de María, la madre; y María del Sagrado Corazón, María Faustina, Trinidad María Nieves y Teresa de Jesús. El padre y el hijo se bautizarían en la Navidad de ese mismo año.
Conversión, bautismo, vida religiosa
Muy pronto, las hijas encaminaron sus pasos hacia la vida religiosa y pidieron ser admitidas entre las misioneras agustinas recoletas, en la misma casa madre de Shangqiú, la ciudad donde vivían y en la que las MAR habían comenzado su andadura en 1931.
Zhang YueChun, por su parte, se entregó al apostolado, sobre todo al quedar viuda, el año 2008. Se dedicaba a visitar enfermos y pasaba en la iglesia horas enteras entregada a la oración. Ingresó en la Fraternidad seglar agustino-recoleta y pronto la eligieron presidenta. En la parroquia ha sido siempre persona muy activa, colaboradora y responsable. Y en la fraternidad seglar, simplemente, era el alma.
Con una carcajada que encubre sentimientos de pudor y de orgullo, SunShen nos confiesa que ella ya sabía desde hace tres años que su madre sería un día monja de clausura.