Actualidad

Veintiocho agustinos recoletos asisten al Encuentro mundial de jóvenes consagrados

En oficio del pasado 10 de junio, el prior general, Miguel Miró, anunciaba a los ocho priores provinciales de la Orden, la convocatoria por parte de la Santa Sede de un Encuentro mundial de jóvenes consagrados y consagradas.  Se inscribía en el Año de la Vida Consagrada y tendría lugar en Roma del 15 al 19 de septiembre. El General comunicaba la decisión de que participaran unos 30 religiosos con menos de 10 años de profesión solemne, de entre los 150 que hay en la Orden.

En vísperas del encuentro, los jóvenes, elegidos por las respectivas provincias, fueron llegando a Roma, y se instalaron en las dos casas con capacidad de acogida que tiene la Orden, la Curia Generalicia y el histórico Colegio de San Ildefonso, en el centro de la ciudad. Todas las plazas libres de ambos edificios quedaron agotadas. Los religiosos, de entre 30-35 años todos ellos, formaban un mosaico de 16 nacionalidades.

Desarrollo del Encuentro

El lema inspirador del Encuentro ha sido la frase con que el papa Francisco ha sacudido repetidas veces a los religiosos: “Despertad al mundo”. Y cada una de las jornadas se ha distribuido en tres espacios, correspondientes a tres actividades, expresadas con tres palabras guía.

Las mañanas se han desarrollado siempre en el Aula Pablo VI. Después del rezo de laudes, era el tiempo de “Escuchar” a diferentes ponentes, entre ellos el cardenal João Braz de Aviz, prefecto de la Congregación de Religiosos, y el secretario de ésta, arzobispo José Rodríguez Carvallo.  Se concluía antes del almuerzo con la presentación por parte de los jóvenes de algunas preguntas suscitadas por las ponencias escuchadas.

En la primera parte de la tarde, de 16 a 18 horas, los 5.000 religiosos participantes en el Encuentro se distribuían según lenguas por las iglesias del centro de Roma para intercambiar experiencias y hacer aportaciones; era el momento llamado del “Restituir”, de la retroalimentación, que culminaba con la eucaristía.

Aún quedaba un tercer tramo horario, de las 19,30 a las 22,30, dedicado a “Celebrar” y “Testimoniar”. En algunas iglesias romanas se daban cita los consagrados para celebrar lo vivido durante la jornada, alabar y dar gracias a Dios por ello o tener un rato de adoración ante el Santísimo. Incluso, después, ya de noche, se ofrecían itinerarios culturales y estéticos, como la visita guiada a los Museos Vaticanos y la Capilla Sistina.

La mañana del sábado 19 ha sido especial. Básicamente ha consistido en un coloquio con el Cardenal de Aviz, para culminar el Encuentro con la celebración eucarística de clausura, presidida por el cardenal Prefecto en la basílica papal de San Pedro.

Francisco: contra narcisismo, adoración

Especiales expectativas suscitaba, como es lógico, el encuentro con el Santo Padre, en la primera hora del jueves 17. Francisco se prestó a responder varias preguntas que los jóvenes le plantearon. Al hilo de ellas, contó cómo había surgido su vocación religiosa, y tuvo ocasión de aclarar conceptos, mostrar posibilidades, alentar en el camino.

Y concluyó comprimiendo su enseñanza en frases escuetas y prácticas: “cercanía a la gente, cercanía entre nosotros, profecía con nuestro testimonio, con el corazón que arde, con el celo apostólico que calienta el corazón de los demás; y memoria; retornar siempre”. “Quiero terminar con dos palabras: “narcisismo”, guardaos de ello. Y “adoración”, adoración silenciosa, que es lo contrario del narcisismo. Con esto termino: sed hombres y mujeres de adoración”.

X