Hace 51 años, en 1964, Ángel Martínez Cuesta obtenía en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma la licencia en Historia de la Iglesia. Y ocho años más tarde, en el mismo centro, alcanzaba el doctorado con los máximos honores y Medalla de Oro de la Universidad. Desde entonces lleva sus hombros la encomienda de componer una historia crítica y completa de los agustinos recoletos.
Fruto de toda una vida enteramente dedicada a la investigación, el estudio y las publicaciones es la Historia de los Agustinos Recoletos cuyo segundo volumen se presentaba en Madrid el pasado 5 de diciembre. El tomo primero había visto la luz veinte años antes; y queda un tercero, cuya aparición se espera para 2016.
Mientras el volumen I abarcaba la historia recoleta desde san Agustín hasta 1808, este tomo segundo dedica sus 1098 páginas al siglo XIX, exclusivamente. Y queda el tomo tercero, reservado para los siglos XX y XXI.
En Madrid, el Día de la Recolección
La presentación se había preparado con todo esmero, convocando incluso a la prensa especializada y retransmitiéndola en directo vía internet. Como marco se había elegido el Día de la Recolección por excelencia, el 5 de diciembre. El escenario era Madrid, la ciudad donde asientan su sede cuatro de las ocho provincias de la Orden; más en concreto, el salón de actos del único colegio que allí tienen los recoletos, el Agustiniano. Iba a presidir el Prior General, asistido por los ochos priores provinciales, todos venidos expresamente desde Monachil (Granada), donde habían estado reunidos hasta el día anterior. También asistían dos expriores generales, Jose Javier Pipaón y Javier Guerra.
Igualmente, participaban en la fiesta religiosos procedentes de las 13 comunidades de agustinos recoletos de Madrid, junto con un buen grupo de agustinos y hermanas de varias congregaciones agustinas y agustinas recoletas de la capital. Y no faltó la presencia de seglares agustinos recoletos de las varias fraternidades madrileñas, así como fieles de las seis parroquias de la Capital y amigos de la Orden en general.
Eucaristía de renovación
El acto de presentación del libro comprendía tres momentos distintos y complementarios. Los dos primeros tuvieron lugar en el salón de actos del Colegio. Lo primero fue la eucaristía, que presidió el Prior General, rodeado de unos 60 sacerdotes, casi todos agustinos recoletos. De la armonización y el buen orden litúrgico se cuidaba la comunidad formativa que la Orden tiene en Las Rozas (Madrid).
En la homilía, Miguel Miró dio gracias por los 427 años de historia de la Orden y se remontó a aquel momento de plenitud en que surgió la Recolección. Se preguntó después cómo vivir el tiempo actual e hizo un llamamiento a la comunión: “¿Qué es lo que hoy nos pide el Señor a la familia agustino-recoleta?, se cuestionó. Un proyecto común, un proyecto de Orden. Si cada uno va su aire o hace aquello que le apetece, perdemos fuerza; no es lo que quiere el Señor”. Una vez concluida la homilía, todos los religiosos presentes renovaron sus votos.
Acto académico
El segundo momento del acto era de corte académico, y estaba organizado por el Instituto de Espiritualidad e Historia de la Orden; lo presentaba su presidente, Enrique Gómez García. También aquí presidía el Prior General, aunque con él compartían mesa presidencial el autor de la obra, Ángel Martínez Cuesta, y tres especialistas en diferentes áreas de la historia de las órdenes religiosas.
El primero en intervenir fue Antonio Linage Conde, reconocida autoridad en benedictinismo. Después de él lo hizo Rafael Lazcano, especialista en el mundo agustiniano. Y el tercero fue Cayetano Sánchez, franciscano y estudioso de la historia franciscana, sobre todo en Filipinas. Todos ellos comentaron breve y encomiásticamente la obra que se presentaba.
A continuación, y de modo más extenso, Martínez Cuesta tuvo ocasión de dar gracias a todos, rememorando a grandes trazos su trayectoria profesional, que culmina en los tres volúmenes de esta obra fundamental. La importancia de esta Historia de los Agustinos Recoletos la destacó con convicción el Prior General de la Orden, Miguel Miró, que, en sus palabras de clausura del acto señaló su importancia en el proceso de renovación hoy en curso.