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Profundizando en el amor en la educación y la pedagogía de san Agustín en la segunda jornada del I Congreso Internacional de Educación Agustiniana


Eucaristía presidida por Mons. Juan Vicente Córdoba

Mons. Juan Vicente Córdoba, obispo diócesis de Don Tibien Bogotá, presidió la misa inaugural del segundo día, 26 de agosto, del I Congreso Internacional de Educación Agustiniana. Concelebrando estaban Monseñor Alejandro Castaño, Obispo diócesis de Cartago (Colombia), así como fray Carlos Villalobos Vargas, rector de Uniagustiniana de Bogotá y cerca de 40 frailes agustinos recoletos.

El obispo en su homilía animó a vencer con fundamentos de fe y razón toda ideología dominante que afecte a la dignidad humana, además de recordar la necesidad que tenemos de rescatar la identidad católica con impulso misionero permanente.

Habló de la pedagogía agustiniana del encuentro, discernimiento, acompañamiento, que se acerca existencialmente al hombre con humildad y paciencia, que valora la experiencia de otros, que educa en la libertad, y reconoce la diversidad de carísimas, que enseña con la palabra y el testimonio vivo.

Pedagogía agustiniana: dedicada al Amor y fundamentada en el Amor

Tras la celebración Eucarística, fray Enrique Gómez García en su ponencia  titulada “El amor en la educación”, recordó que la pedagogía agustiniana es cordial, dedicada al Amor y fundamentada en el Amor. Puso como ejemplo lo que san Agustín narra en Confesiones y Catequesis para Principiantes, «es una pedagogía práctica que se fundamenta en la pedagogía de Jesus: todo momento es oportunidad de enseñanza para quienes le escuchan», dijo.

Enrique Gómez reconoce que san Agustín piensa al hombre como un misterio, como imagen de Dios, como una incógnita, movedizo y cambiante. También, dijo que san Agustín reconoce al ser humano como cordial: «en el corazón yo soy lo que soy». Por eso toda la pedagogía agustiniana tiende a educar el corazón.

San Agustín habla desde la experiencia y la relación afectiva con la vida y los hermanos; en este sentido, dijo, san Agustín se acerca a nosotros y se hace uno de nosotros, bien como alumno o como profesor. Y esta personalidad empática es notable en todo su sistema educativo.

La pedagogía cordial agustiniana se basa en el corazón, para que no sea descorazonada, ni tienda al pesimismo; no busca adiestramiento, sino personalización. La pedagogía descorazonada es pasiva y busca la ambición, imita a otros, es impositiva, y las consecuencias son la fragmentación y la superficialidad. Contraria a la pedagogía que educa el corazón: lo importante es lo que se ama, no lo que se conoce.

De esta manera, prosiguió el ponente, san Agustín quiere oponerse a la insensibilidad; suscitar afectos y emociones en los alumnos, para que realmente quieran dar su vida por los demás; y tiene que emocionar y conmover; a través de las palabras y de las acciones.

Enrique Gómez García afirmó que la educación agustiniana en el amor es permanente para conservar y recuperar el Ordo Amoris. Y también destacó la humildad del profesor que san Agustín vivió al sentirse siempre un alumno y aprendiz. El alumno es sujeto de la educación porque nosotros somos maestros secundarios; quien enseña es el maestro interior, es Cristo. Y eso debe llenarnos de esperanza. Somos sembradores, lo que debe preocuparnos es ver que sembramos y lo que crezca y los frutos quizás no lo veremos, pero sí que hay que ver qué cosa es lo que sembramos. 

Vídeo: Origen de la educación agustino recoleta

Tras esta conferencia se proyectó a los asistentes un vídeo explicativo del origen de la educación agustiniana recoleta. Presentaron el vídeo fray Miguel Miro, prior general de la Orden de Agustinos Recoletos; fray Ángel Martínez Cuesta, historiador de la OAR y José María Sánchez, secretario general de Pastoral Educativa de la OAR.

“Modelos y tendencias pedagógicas”

Después del receso, Alejandro de Zubiría presentó «Modelos y tendencias Pedagógicas». Destacó a lo largo de su ponencia que el objetivo de san Agustín es la felicidad, y los caminos, el Amor y la Verdad, son «dos caras de la misma moneda, ya que no hay verdad sin amor. No hay amor sin verdad».

Lo que ayuda para conseguir la felicidad, mediante el amor y la verdad, es la creación de vínculos y el desarrollo de la inteligencia emocional, dijo.  El ponente explicó que la pedagogía conceptual busca introspección para identificar procesos cognitivos y afectivos; y coincide con san Agustín cuando propone «conocer para amar y amar para conocer». Alejandro de Zubiría advirtió que la felicidad, objetivo de la educación agustiniana, no depende del saber ni del tener, sino de los vínculos, de la amistad y la compañía de aquellos con quienes compartes la vida. 

Centros Esperanza Lábrea

Sobre la vida Agustino Recoleta en  Lábrea y Marajó (Brasil), fray Juan Luis González explicó que las obras misioneras en esos lugares se llaman Centros Esperanza porque dan esperanza a quienes viven en situación de pobreza extrema en el Amazonas. Son 230 mil kilómetros cuadrados para 78 mil 800 habitantes. Allí están presentes15 frailes Agustinos Recoletos llevando a cabo diferentes tareas con el fin de ayudar a estas personas necesitadas.

Los primeros Agustinos Recoletos en Brasil fueron filipinos (1925) y posteriormente, la misión fue asumida por la Provincia de Santo Tomás de Villanueva. El colegio Santa Monica se creó hace 10 años en Breves, Brasil, con el objetivo de incluir niños y niñas con y sin discapacidad.

Bases pedagógicas en san Agustín

La última ponencia de este segundo día en Uniagustiniana de Bogotá, con más de 600 participantes de la familia académica Agustino Recoleta, procedentes de dice nacionalidades, estuvo a cargo de fray Enrique Eguiarte.

El autor de varias obras inspiradas en san Agustín, destacó que san Agustín no habló de valores, sino que los vivió en comunidad a lo largo de su vida. Dijo que san Agustín se formó en la Paideia Griega que busca la formación del ciudadano, pero con la antropología cristiana. Lo que san Agustín buscaba era formar ciudadanos del Cielo.

Fray Enrique Eguiarte habló de la necesidad de san Agustín de formar el corazón, para vivir bien y siempre. Recordó que los caminos de la sabiduría, según el Santo, la caridad y el orden; pocos caminan por la caridad, dijo Eguiarte: «la mayoría caminamos por la vía del orden y la disciplina. Pero hay que unir los dos caminos».

Eguiarte propuso las siguientes aplicaciones pedagógicas: Amor, para salir de la soledad y pasar a la solidaridad; saber ser peregrinos y no dueños; leer la Palabra de Dios; orar para subir a Dios; ser humildes y aprender a agradecer; y la comunidad, como un solo corazón y una sola alma dirigidos hacia Dios. 

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