Las Monjas Agustinas Recoletas Nazarenas de Motril (Granada) han celebrado su 300 aniversario arropadas por centenares de personas agradecidas por su presencia, su labor contemplativa y por la conservación de la devoción a Jesús Nazareno
El 3 de febrero de 1699 la madre Sebastiana María de la Cruz Gómez fundó en Motril, su tierra natal, un beaterio con licencia del obispo de Granada. Fue el inicio del actual monasterio de la Visitación de Santa María, que en 2018 cumplió 300 años. Desde entonces hasta hoy, las agustinas recoletas nazarenas han llevado a cabo su labor contemplativa con una peculiaridad: su especial devoción a Jesús Nazareno, cuya imagen es venerada en el monasterio.
Por esa devoción, las agustinas recoletas han vestido desde sus inicios el hábito morado, en lugar del tradicional negro de las religiosas. Y por esta razón, las monjas de este convento, además de ser agustinas recoletas, son nazarenas. La madre Sebastiana María consiguió la bula nazarena del Papa Benedicto XIII el 1 de septiembre de 1729 -apenas nueve años después de la erección del convento, en 1718-. Además de seguir la Regla de San Agustín y las Constituciones de la Orden de Agustinos Recoletos, las religiosas desearon vivir en este convento la constitución nazarena, al estilo de las Carmelitas Nazarenas de Lima (Perú).
Esta bula afirma que lo nazareno es muy accidental al ser religiosas de la Orden de Agustinas Recoletas y afecta solo al hábito, insignias de la Pasión y penitencias añadidas a las ya señaladas en la Regla y Constituciones Recoletas. Por esto las monjas agustinas recoletas de Motril visten hábito morado y lleva cada una un crucifijo, salvo cuando dejan el monasterio.
En este convento la Cuaresma se vive todo el año. La comunidad de agustinas recoletas nazarenas rezan diariamente el Vía Crucis. El Viernes Santo este momento es más intenso, ya que todas las hermanas rezan el Vía Crucis con corona de espinas, cuerda y cruz al hombro. Además todos los viernes del año se practica el ayuno y la abstinencia, acciones que se llevan a cabo también los quince días previos al Viernes Santo.
La devoción a Jesús Nazareno en el convento y en Motril
A lo largo de los siglos la enorme devoción de las agustinas recoletas a la imagen de Jesús Nazareno no se ha quedado solo en el convento, sino que se ha extendido por el pueblo de Motril. Son muchas las personas que han celebrado junto a las religiosas su 300 aniversario; por esta efeméride, el Ayuntamiento de Motril concedió la medalla de oro a la comunidad. Cientos de personas guardan devoción a la imagen que se conserva en la iglesia monástica y que fue tallada por el imaginero granadino Domingo Sánchez Mesa en el siglo XX para que sustituyera a la original que desapareció durante la guerra civil española.
Desde finales de los años ochenta la devoción a Jesús Nazareno se ha canalizado en Motril a través de la Hermandad del Gran Poder. Son los hermanos de esta cofradía los que cuidan la devoción a la imagen durante todo el año y los que procesionan junto al Señor en la noche del miércoles santo.
Precisamente la Hermandad del Gran Poder ha sido la que ha reforzado la celebración del 300 aniversario de este monasterio de agustinas recoletas con la organización del I Congreso Nacional sobre la comunidad de Agustinas Recoletas Nazarenas de Motril. El congreso estudió la historia, espiritualidad y características peculiares a través de diferentes ponencias, dirigidas entre otros por los historiadores agustinos recoletos Ángel Martínez Cuesta y Pablo Panedas.
300 años después, el monasterio de la Visitación de Santa María sigue siendo para Motril el corazón de la devoción a Jesús Nazareno, que late al ritmo de las monjas agustinas recoletas nazarenas que acompañan a cargar la cruz de Cristo cada día con sus oraciones.