En este artículo, Ximena Arévalo, de las JAR de Colombia, escribe sobre la necesidad de Fe y Esperanza en la vida cotidiana
Virtudes que nos son regaladas por Dios y que sin duda alguna hacen nuestro caminar más ameno. El joven de por sí siempre está en la búsqueda de la felicidad y el sentirse respaldado por un Dios de amor le permite realizar sus batallas con certeza de no desfallecer. Hace apenas unos días nuestra comunidad juvenil JAR Colombia cumplía su aniversario número 21 y a mi memoria venían tantas experiencias de jóvenes que al llegar allí verdaderamente se encontraban con Dios y sus vidas daban giros de 360 grados, es increíble ver como el tiempo pasa, pero la llama encendida de muchos jóvenes permite perseverar y seguir con pasión a un Cristo vivo que cada día me recuerda cual importante soy para Él. Brindar a aquel que carece de creer, de confiar y que el brillo en sus ojos se ha perdido es quizás uno de los dones más grandes que Dios te puede regalar a ti que lees esto. El escuchar, el comprender y el generar una acción que ayude a otros a mejorar son el mejor regalo que tú puedes hacer por alguien.
Hoy te invito a generar cambios en ti, para poder ayudar a otros. Hace algunos años aprendí que la Fe y la Esperanza son las mejores armas en nuestro camino, que el sentarnos en la mesa de Jesús nos hace diferentes y que una vez le conocemos no volvemos a ser los mismo de ayer y eso está bien. No te sientas extraño si otros a tu alrededor dicen que te ves distinto porque Dios esta obrando en ti. ¡Cree en ti! Dios te hizo auténticamente único para que entres en la onda de saber menos y hacer más porque es lo que necesita el mundo, te necesita a ti.
Ximena Arévalo