¿Qué es un Sínodo?
El Sínodo de los Obispos es una institución creada por el Papa Pablo VI el 15 de septiembre de 1965, en respuesta al Concilio Vaticano II. Etimológicamente, la palabra «sínodo», derivada de los términos griegos syn (que significa «juntos») y hodos (que significa «camino»), y expresa la idea de «caminar juntos». Se trata de una reunión de obispos, habitualmente en el Vaticano, en la que tratan algún tema propuesto por el Papa y emiten su opinión. Sobre eso, el Santo Padre elaborará una Exhortación Apostólica en la que señalará las guías maestras sobre el asunto concreto.
¿Por qué se celebra un Sínodo sobre la Amazonia?
En este caso, el Sínodo de los obispos tiene como tema central «Amazonia: Nuevos Caminos para la Iglesia y para una Ecología Integral». La región amazónica, por sus condiciones geográficas y su población, mantiene unas características singulares que obligan a que la evangelización sea planteada de una forma distinta. Los núcleos de población y las comunidades están separados por el río Amazonas y sus afluentes; los misioneros, por tanto, dedican varios días de viaje para llegar a las comunidades más alejadas y llevar el Evangelio. Además, las sectas están creciendo en adeptos, y su mensaje, lleno de falacias y mentiras, resulta atractivo a la población con menos formación cristiana. También son muchas las comunidades indígenas que habitan alrededor del Amazonas y cuya cultura debe ser respetada y unida a la fe católica. Asimismo, la región del Amazonas -uno de los pulmones del Planeta- tiene que ser cuidada y preservada. La rica naturaleza amazónica es parte de la Casa Común, como indica la encíclica Laudato Si’.
En octubre de 2017, el Papa Francisco anunció la celebración de este Sínodo de la Amazonia, con el objetivo de «identificar nuevos caminos para la evangelización de esa porción del Pueblo de Dios, especialmente de los indígenas, frecuentemente olvidados y sin la perspectiva de un futuro sereno; también como resultado de la crisis de los bosques amazónicos, pulmón de capital importancia para nuestro planeta». Por ello, Francisco ha convocado a los obispos de la región y a otros agentes implicados, para señalar nuevas formas de evangelización para los misioneros que trabajan en esta zona, sin perder la esencia misma del mensaje de Dios. El Instrumentum Laboris, sobre el que trabajarán los asistentes al Sínodo, indica que «hoy día la Iglesia tiene la oportunidad histórica de diferenciarse netamente de las nuevas potencias colonizadoras escuchando a los pueblos amazónicos para poder ejercer con transparencia su rol profético».
¿Qué asuntos se tratarán?
El Instrumentum Laboris -documento oficial del Vaticano para la preparación y desarrollo del Sínodo- divide las temáticas de este encuentro en tres partes: la voz de la Amazonía, ecología integral: el clamor de la tierra y de los pobres, e Iglesia profética en la Amazonía: desafíos y esperanzas. En primer lugar, se analizará la forma de vida y singularidades de la región. El documento introduce una clave: el diálogo como camino en la misión. En la segunda parte, el Instrumentum Laboris considera algunos de los componentes que están poniendo en peligro el Amazonas: destrucción extractivista, migración, urbanización, corrupción o falta de educación integral. El Sínodo de la Amazonia hará un llamamiento a la conversión ecológica. Por último, se estudiarán los cambios que debe afrontar la Iglesia en la Amazonia, relacionados con la forma de transmitir el mensaje, la liturgia y el rol profético y de promoción humana de la Iglesia.
Se ha dicho en distintos medios y lugares que el Sínodo podría abrir el sacerdocio a personas casadas, y el diaconado a mujeres. Eso es una falacia: el Sínodo de la Amazonia podría tomar esta decisión (deberían aprobarla todos los asistentes), pero solo implicaría a las regiones amazónicas. Concretamente, el documento pide a los obispos «identificar el tipo de ministerio oficial que puede ser conferido a la mujer, tomando en cuenta el papel central que hoy desempeñan en la Iglesia amazónica». En el punto 129, como sugerencia, indica el Intrumentum Laboris que «afirmando que el celibato es un don para la Iglesia, se pide que, para las zonas más remotas de la región, se estudie la posibilidad de la ordenación sacerdotal para personas ancianas, preferentemente indígenas, respetadas y aceptadas por su comunidad, aunque tengan ya una familia constituida y estable, con la finalidad de asegurar los Sacramentos que acompañen y sostengan la vida cristiana». Se trata de una sugerencia que, en ningún caso, afectará a toda la Iglesia sino solamente a las comunidades amazónicas donde la celebración de los sacramentos con sacerdotes presentes es difícil.
¿Quiénes participarán en el Sínodo?
Además del Papa Francisco, en el Sínodo de la Amazonia participarán 114 obispos: cuatro de Antillas, 12 de Bolivia, 58 de Brasil, 15 de Colombia, siete de Ecuador, 11 de Perú y siete de Venezuela. También conforman la asamblea 13 jefes de dicasterios de la curia romana, 55 auditores laicos que representan la espiritualidad de los pueblos indígenas y amazónicos, y 40 mujeres miembros de los grupos étnicos locales. Asimismo, por primera vez participará en un Sínodo un representante de la ONU. Será Ban Ki-moon, ex secretario general de las Naciones Unidas.
El relator general del Sínodo será el Cardenal Claudio Hummes, arzobispo emérito de Sao Paolo (Brasil). Le acompañarán dos secretarios generales: Cardenal Michael Czerny y Monseñor David Martínez. Los cardenales Baltazar Porras, João Braz y Ricardo Barreto serán los presidentes delegados.
¿Es lo mismo el Mes Misionero Extraordinario y el Sínodo de la Amazonia?
Aunque parezca que ambos asuntos forman parte del mismo contexto, el Mes Misionero Extraordinario no está relacionado ni es lo mismo que el Sínodo de la Amazonia. Son acontecimientos distintos. Como indicó el Papa Francisco en la Jornada Mundial de las Misiones del 20 de octubre, se trata de una «coincidencia providencial». Cada mes de octubre la Iglesia celebra el mes de las misiones; este año el Papa Francisco ha querido que se celebre de forma extraordinaria para considerar la labor misionera de religiosos y sacerdotes que trabajan en las periferias para transmitir la Palabra de Dios. Esta celebración extraordinaria coincide con el Sínodo, que, como es habitual, tiene lugar en octubre.