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La riqueza del voto de pobreza

El agustino recoleto Danilo José Janegitz analiza el voto de pobreza de los religiosos en el décimo cuarto artículo de Formación Permanente OAR.

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Los religiosos emiten la profesión simple y solemne de sus votos. Uno de ellos es el voto a la pobreza. Pero, ¿por qué los religiosos realizan un voto de pobreza? Sobre esto reflexiona el agustino recoleto Danilo José Janegitz en el último artículo del programa de Formación Permanente OAR.

Introducción

Antes de decir algo sobre el voto de pobreza en la vida religiosa, tendríamos que preguntarnos qué entendemos por pobreza, o qué queremos decir cuando hablamos de pobreza. Sería lo lógico, pero queremos plantear algo más. No es tan sencillo hablar hoy de este voto, puesto que cada uno de nosotros quizás tenga una concepción distinta de lo que significa este consejo evangélico. Lo más apropiado, a nuestro entender, sería confeccionar una teología narrativa, en la que, juntos, pudiéramos entablar un diálogo, y no limitarnos a la simple transmisión de contenidos. Invito a que abramos nuestro corazón para que ejercitemos nuestra mirada interior. Saint-Exupéry intuyó muy bien que es necesario ver con el corazón, ya que lo esencial es invisible a los ojos. De ahí que nuestro punto de partida sea contemplar.

En el evangelio de Mateo, Jesús da gracias al Padre por haberse revelado a los pequeños y no a los sabios y entendidos (cf. Mt 11, 25). Hace falta quizás dejarnos interpelar por la novedad creativa que no se contenta con el criterio de lo que nos han contado, o quizás del “siempre se ha hecho (interpretado) así”. Necesitamos transcender, internalizar desde la contemplación, el valor de este voto, y probar una actualización que nos haga imitar a nuestro Señor Jesucristo, que, de rico que era, se hizo pobre, para que nos tornásemos ricos por su pobreza (cf. 1Cor 8, 9).

Uno de los grandes problemas a la hora de escribir algo sobre el voto de pobreza hoy consiste en dejarse llevar fácilmente por una reflexión subjetiva, o desde las preconcepciones de cada uno. Lo narrativo es diálogo, es creatividad que nace de la contemplación, de la experiencia. Necesitamos una reflexión que no se agote aquí, sino que sigamos juntos profundizando en nuestra convivencia cotidiana.

El psiquiatra Viktor Frankl, después de poner todos los fundamentos de lo que daría lugar a la tercera escuela de psicología vienesa, la Logoterapia, decía que no estaba creando papagayos que reprodujeran lo que él decía, sino personas que tuvieran la grandeza de seguir profundizando, pasando la antorcha encendida para generar espíritus independientes e inventivos, innovadores y creativos. Lo que pretendemos en las líneas que siguen es pasar la antorcha, para que otros se animen a seguir estudiando y profundizando en este voto, a fin de delinear en este tiempo de la historia un relato del Espíritu.

Danilo José Janegitz OAR

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