El agustino recoleto Ken James fue ordenado sacerdote el pasado 21 de febrero en Thiruvamabady (India), siguiendo el rito siro-malabar.
La Iglesia católica cuenta en India con aproximadamente 17,3 millones de fieles. De ellos, alrededor de 4,2 millones son católicos de tradición siro-malabar. Es una de las 24 Iglesias sui iuris, reconocidas por la Santa Sede.
Entre los millones de católicos siro-malabares de India hay un agustino recoleto: Ken James Kayathinkall. En su historia, Dios estĆ” presente desde el principio hasta el final. Nacido en India, hijo de una una familia católica de rito syro-malabar, pronto comenzó a entender que Ā«existe un Dios cercano y humilde que entiende, acoge y ama a cada unoĀ». Sus amigos, que cuando eran niƱos sentĆan lo mismo que Ć©l, cambiaron de idea, Ā«pero por la gracia de Dios yo seguĆa sintiendo en mi interior, Ā algo que me atraĆa mucho y me impulsaba a entregar mi vida a DiosĀ», segĆŗn recuerda. De forma aleatoria decidió realizar el camino vocacional con los Agustinos Recoletos, que no tienen ninguna presencia en India. ĀæPor quĆ©? Ā«Dios hace milagros con las cosas y decisiones sencillasĀ».
DespuĆ©s de su periodo de formación, el joven indio fue ordenado sacerdote el pasado lunes 21 de febrero en India. Siguiendo el rito siro-malabar, Ken recibió la ordenación en una eucaristĆa celebrada en la Iglesia Sacred Heart Forane, en la ciudad de Thiruvamabady (Kerala).
Recibió el sacramento de manos de Mons. Mar Thomas Tharayil, obispo auxiliar de la ArchieparquĆa Siro-Malabar de Changanacherry. Solo un agustino recoleto, Shyju Joseph Pallthiparambil, tambiĆ©n de la India, pudo acompaƱarle en esto momento tan especial, al que sĆ acudió su familia.




Un libro-albúm y una decisión
Con quince aƱos, Ken empezó a coleccionar folletos y cartas de propaganda vocacional de diferentes congregaciones y órdenes religiosas. Ā«Era como un juego entre mis amigos porque Ć©ramos cuatro conĀ este mismo sueƱoĀ», rememora. Los cuatro amigos empezaron a coleccionar las propagandas en un libro Ā«a la vez que soƱƔbamos con hacer parte un dĆa de alguna de esas congregacionesĀ».
No conocĆa mucho sobre la vida religiosa, asĆ que un dĆa hojeando las pĆ”ginas del libro-Ć”lbum se detuvo en una propaganda vocacional de los Agustinos Recoletos y conectó con el promotor vocacional. Fue asĆ como comenzó un aƱo de discernimiento para ingresar en la Orden. Ā«Es verdad que fue difĆcil la decisión de ir a EspaƱa, conocer otra cultura, otra manera de pensar otra lengua etc…; pero, como suelen decir, ‘el Dios que nos llama, nos capacita para responder’Ā».