El 4 de abril de 2022 fallecía en Pamplona (España), el agustino recoleto Romualdo Rodrigo Lozano, postulador de numerosas causas de canonización.
Fray Romualdo Rodrigo Lozano, a los 89 años de edad nació nacido en Cáseda, Navarra, el 20 de agosto de 1932. Hizo su primera profesión religiosa en el Convento de Nuestra Señora de Valentuñana, en Sos del Rey Católico, Zaragoza (España) el 3 de septiembre de 1951 y allí fue ordenado sacerdote el 28 de mayo de 1958.
Fray Romualdo era muy conocido y reconocido por haber sido durante 32 años (1973-2005) el Postulador general de las causas de canonización de la Orden. A su entrega y dedicación a esta tarea de dar seguimiento a los procesos de canonización de los miembros de la familia agustino recoleta se debió que la Iglesia reconociera la santidad de la vida de muchos hermanos y hermanas de nuestra familia. Hay que destacar de su trabajo lo siguiente:
- La beatificación de Fray Ezequiel Moreno (1975), y posteriormente su canonización (1992).
- La canonización de santa Magdalena de Nagasaki, virgen y mártir (1987).
- La beatificación de Fray Martín de San Nicolás y Fray Melchor de San Agustín, mártires en el Japón (1989).
- La beatificación de la Madre María de San José, fundadora de las Agustinas Recoletas del Corazón de Jesús (1995).
- La beatificación de Fray Vicente Soler y compañeros mártires de Motril (1999).
También se debe a su laboriosa entrega la preparación de la documentación que permitió a la Iglesia declarar como venerables a:
- Sor Mónica de Jesús, monja agustina recoleta de Baeza, España (1992).
- Madre Esperanza Ayerbe, fundadora de las Misioneras Agustinas Recoletas (2015).
- Madre Mariana de San José, fundadora de las Monjas Agustinas Recoletas (2017).
- Fray Mariano Gazpio Ezcurra, religioso agustino recoleto (2021).
Vivió en Roma durante 46 años, en las comunidades del Colegio San Ildefonso y Santo Tomás de Villanueva, de la Curia general, destacándose desde sus comienzos como un brillante estudiante. Se especializó en Derecho Canónico, cuyo doctorado obtuvo en 1964 en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma. Gracias a su capacidad intelectual obtuvo también en 1967 el diploma en Teología Moral en la Academia Alfonsiana de Roma y en 1968 la licenciatura en Teología Dogmática, en la Pontificia Universidad Lateranense de Roma. En ese mismo año 1968 se tituló como abogado del Tribunal de la Rota Romana. Entre 1969 y 1978 fue Juez prosinodal de la Diócesis de Roma, y entre 1971 y 1978 Juez Instructor del Vicariato de Roma.
La experiencia acumulada durante estos años le permitió adquirir un vasto conocimiento de los procesos canónicos seguidos por la Santa Sede. De ahí que al ser nombrado Postulador general de las causas de canonización de la Orden en 1973 se destacó inmediatamente por su competencia como postulador, al que acudían numerosas congregaciones religiosas y diócesis para solicitar consejo o bien para que asumiera los procesos de canonización de algunos de sus miembros.
Gracias a la diligencia de Fray Romualdo salieron adelante alrededor de 40 causas de beatos y santos de fuera de la Orden, entre las cuales se cuentan:
- La canonización en 1988 de la Madre María Rosa Molas y Vallvé, fundadora de las Hermanas de Nuestra Señora de la Consolación.
- La beatificación en 1997 de Ceferino Giménez Malla, “El Pelé”, primer beato de etnia gitana.
- La beatificación en 1998 de las Madres Rita Dolores Pujalte Sánchez y Francisca Aldea Araujo, vírgenes y mártires de la Congregación de Hermanas de la Caridad del Sagrado Corazón.
- La beatificación en 2001 de Carlos Manuel Rodríguez, laico, primer beato de Puerto Rico.
- La beatificación en 2003 de Juan Nepomuceno Zegrí y Moreno, fundador de las Hermanas Mercedarias de la Caridad.
- La beatificación en 2003 de la Madre Caridad Brader, fundadora de las Franciscanas de María Inmaculada.
- La canonización en 2006 de Mons. Rafael Guízar Valencia, Obispo de Veracruz, primer Obispo mexicano en ser declarado santo.
- La beatificación en 2009 del Cardenal Ciriaco María Sancha y Hervás, arzobispo de Toledo y fundador de las Hermanas de la Caridad del Cardenal Sancha.
Seguramente la principal aportación de Fray Romualdo al estudio y preparación de los procesos de canonización, fruto de su larga experiencia, fue su famoso Manual para instruir los procesos de canonización, publicado en 1988 por la Pontificia Universidad de Salamanca y traducido al italiano en 1991 por el Instituto Histórico de la Orden con el título de Manuale delle Cause di Beatificazione e Canonizzazione, que alcanzó tres ediciones. En 2019 el Obispo de la diócesis de Siauliai en Lituania solicitó y obtuvo la autorización de la Orden para publicar en lituano dicho manual. Gracias a esta valiosa obra se han podido iniciar y llevar adelante en muchos países numerosos procesos de canonización.
Para quienes le conocieron, pensar en Fray Romualdo es muy difícil sin que vengan a la memoria su capacidad de trabajo y dedicación a la observancia de la vida religiosa. Unido a ello un sentido del humor y una desbordante imaginación y creatividad que le permitieron enfrentar los retos que suponía la actualización que la Santa Sede fue realizando en materia de los procesos de canonización a través de la Congregación para las Causas de los Santos. A finales de la década de 1980 Fray Romualdo fue de los primeros recoletos en sustituir la clásica máquina de escribir por el ordenador, en cuyo mundo –arcano y misterioso todavía para la mayoría de los frailes– se supo introducir y mover con agilidad sorprendente. Todavía recuerdan algunos en la Curia general de la Orden en Roma cómo Fray Romualdo describía en aquellos años aquel maravillo aparato al que se le introducía, “¡chin, chin, chin!”, la información y luego éste la comprimía: “¡chun, chun, chun!”.
La suya fue una vida entregada al servicio de la Iglesia y de la Orden. Su dedicación al trabajo a lo largo de los casi cuarenta años que residió en el Colegio Internacional San Ildefonso y Santo Tomás de Villanueva, en vía Sistina, fue ejemplar y edificante para muchas generaciones de jóvenes agustinos recoletos que hacían en Roma sus estudios universitarios.
Muy querido y apreciado especialmente por numerosas congregaciones religiosas femeninas que hallaron en él un valioso consejero para instruir los procesos de canonización de sus fundadoras y otras religiosas, y en muchos casos un sagaz postulador que supo sacar adelante causas que parecían no poder avanzar más.
Al terminar en 2005 como Postulador general de las causas de canonización de la Orden, continuó todavía como postulador de causas de diversas congregaciones y órdenes religiosas, tanto en Roma como en Madrid. Y esto hasta 2011, cuando por motivos de salud dejó todas las causas que hasta entonces había seguido. En ese año fue trasladado a la residencia para religiosos mayores de la Provincia Nuestra Señora de la Candelaria en Beloso, Pamplona, donde residió hasta su fallecimiento. Allí dio ejemplo de aceptación de la enfermedad. Perdió la vista y su cuerpo se debilitó poco a poco; sin embargo, su cabeza seguía vivaz y con esa nota de creatividad que le llevó a interesarse por lo que tenía que ver con la Orden, e incluso por no perder el contacto con alguna de las congregaciones religiosas a las que había apoyado en los procesos de canonización. Una idea que llegó a expresar en aquellos años fue poder hacer una revisión y actualización de su famoso Manual.
Con Fray Romualdo se nos va un buen hermano, amigo y fraile entregado a las tareas encomendadas por la Orden. Un maestro competente en el mundo de los procesos de canonización, que vivía con sencillez los momentos de triunfo, como cuando desde la casa de vía Sistina en Roma iba en autobús y con hábito un domingo en la mañana a participar de la ceremonia de canonización de una fundadora cuyo proceso había llevado y, tras saludar y recibir la felicitación de san Juan Pablo II, volvía de nuevo en autobús a la casa de Sistina, a almorzar con su comunidad y a seguir dedicado a su trabajo.
En el cielo le habrán recibido tantos santos y beatos cuyos procesos ayudó a llevar a buen puerto.
Gabriel Robles OAR
Postulador de la Orden