Centenares de autos clásicos se congregaron en Sacramento para recordar al obispo agustino recoleto, que a menudo se reunía con esta comunidad y bendecía sus carros.
La circulación en Franklin Boulevard tuvo que ser interrumpida. Este lugar se colapsó por un centenar de autos clásicos que se concentraron el 2 de octubre en The Bishops Cruise, una iniciativa de la comunidad de lowriders de Sacramento (EEUU), en memoria de Mons. Alfonso Gallegos. La vida y el legado del venerable agustino recoleto siguen presentes en este colectivo, que tenía al obispo como un «padre».
Coches de diferentes colores, modelos únicos, en los que Gallegos aún pervive, tres décadas después de su muerte. Más de cien se reunieron en frente de la Parroquia Santa Rosa, para recordar al obispo que tanto querían. «Venía, nos hablaba para que no nos metiéramos en problemas y nos prometía que, si tenía que hacerlo, hablaría con la policía para ayudarnos», recuerda Richard Alcala, organizador del evento, en declaraciones a KCRA 3.
Fue uno de los promotores y principales apoyos de esta comunidad. Eran habituales sus visitas a los lowriders, con los que conversaba, ayudaba y bendecía sus carros. Recordando aquellos momentos, que para muchos cambiaron su vida, fray Eliseo González, vicepostulador de la causa de Mons. Gallegos, participó en The Bishops Cruise bendiciendo los autos, charlando con los propietarios de los carros y animándoles:
– God bless you and let’s cruise! (¡Dios les bendiga y vamos allá!)
En la década de 1980, en Sacramento, California, los funcionarios públicos y la policía experimentaron muchos desafíos con los lowriders cuando recorrían las calles de la ciudad, bloqueaban el tráfico e incluso, en ocasiones, eran violentos. Gallegos fue un mediador entre los funcionarios de la ciudad y los lowriders, ayudando a traer paz y orden en la ciudad de Sacramento. «Era como tener un padre en la calle», dice Richard Alcala. Este lowrider conoció al obispo a finales de los 70, mientras circulaba en su carro. Ahora ha escrito una obra de teatro, Burnt tortillas, que estrenará en febrero de 2023.
En su funeral estuvieron presentes, entre otros, la comunidad de lowriders. Tras su muerte, el obispo sigue vivo para este colectivo y para muchas personas más. Lupe Trevizo recuerda la última vez que vio a Gallegos: fue en una visita que realizó a su hermano, cuando luchaba contra el sida. «Aun hoy, cuando necesito consuelo, voy a la Parroquia de Guadalupe, donde está su cuerpo», dice.
«Es hermoso ver cómo el obispo Alfonso Gallegos aún es recordado por muchos», dice Eliseo González. La intención de los organizadores es que The Bishops Cruise se mantenga en el tiempo como un tributo de la comunidad de lowriders a su querido padre.