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Desde El Salvador hasta Estados Unidos: el camino de la vida

Fray Roberto Carlos Alvarado fue ordenado en Estados Unidos, donde emigró con 20 años desde El Salvador y trabajó como indocumentado.

Los nuevos sacerdotes agustinos recoletos suelen recibir el sacramento de la ordenación normalmente en su tierra natal. Supone volver a sus inicios, además de una oportunidad para celebrar un momento tan importante con sus familias. Fray Roberto Carlos Alvarado celebró su ordenación sacerdotal el pasado 13 de mayo en la parroquia que le acogió con 20 años, cuando dejó su tierra natal en busca de un futuro mejor para él y su familia.

La vida es un largo camino; un peregrinaje como expresa San Agustín. El camino de la vida de Roberto Carlos fue más largo de lo habitual. Nacido en El Salvador en 1986, hijo de una familia agricultora, dejó Chalatenango para emigrar hasta Estados Unidos. Durante ocho años trabajó como indocumentado. Una etapa complicada pero con final feliz: por medio de un laico conoció la Parroquia San Agustín, de los Agustinos Recoletos, en Union City.

Fue así como conoció la Orden y fue descubriendo poco a poco aquello para lo que Dios le llamaba. Compartió algunos encuentros con los religiosos de la comunidad. “Escuchar el testimonio misionero en Filipinas de los padres y la diversidad de ministerios fue lo que me llevó a decidir que éste era el camino que quería y ésta la familia en la que me gustaría envejecer”, afirma.

Su camino de vida no ha sido fácil, pero tampoco el de su vocación, como él mismo asegura. Sin embargo, confiesa que ha sido “una bendición”. Desde 2014 hasta la actualidad, Roberto Carlos ha desarrollado un proceso de formación “maravilloso”. “Me quedo con la riqueza de haber podido realizar este proceso que me ha llevado a aceptar la mirada misericordiosa de Dios, que es quien me llama y me pide que esté dispuesto a abrir mi corazón”, dice.

Después de su etapa inicial en Costa Rica, realizó el noviciado y el teologado en España. Una vez concluido este proceso, fue enviado a Brasil, donde experimentó su año de experiencia comunitaria. Aquí, tras realizar el curso de preparación para la profesión solemne, dijo sí al Señor para toda la vida el 8 de octubre de 2022. Ha vivido todo este camino “con la gracia de haber encontrado en la familia agustina recoleta un verdadero oasis de descanso”.

No ha emprendido este camino sin nadie más. En todo momento ha estado con el Señor: “He podido comprobar la presencia de Dios en los hermanos, a través de la vida fraterna, en el día a día, en los problemas que enfrentamos, en el estudio, en los encuentros, en la renuncia, en la oración, en los sacramentos…”. “Es innegable la presencia de Dios en la vida de un religioso”, dice tajantemente.

El 13 de mayo fue ordenado sacerdote en la Parroquia de San Agustín de Union City, donde conoció a los Agustinos Recoletos. Recibió la ordenación sacerdotal de manos de Mons. Francisco Javier Acero. “He vivido mi ordenación como un momento de gracia que el Señor me ha concedido, con un sinfín de sentimientos”, indica.

Su ordenación ha sido motivo de encuentro para su familia, venida desde diferentes partes de Estados Unidos: Boston, Houston, Massachusetts, California, Maryland, Virginia, Washington y Nueva York. Con todos ellos celebró su primera misa en la parroquia que le acogió nada más llegar a Estados Unidos, en Elizabeth.

Su camino sigue ahora en Pauní, Brasil. “Agradezco a la familia agustina recoleta que me haya permitido llegar hasta aquí y me ofrezca las herramientas para continuar mi vocación”. Su objetivo a partir de ahora lo tiene claro: “Caminar juntos como hermanos”.

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