Una palabra amiga

El corazón se me inquieta

Sofía Oliva forma parte de las JAR de Guatemala. Junto a otros muchos jóvenes agustinos recoletos, participó en la JMJAR de Salamanca y, posteriormente, en la JMJ de Lisboa. Ahora, nos comparte la experiencia vivida.

No se cómo comenzar a contar todo lo que viví en la JMJ y la JMJAR. Fue una experiencia que cambió mi vida en muchos aspectos. Pero, más que la experiencia, fue Dios quien transformó este corazón, y estoy muy segura que no solo el mío, sino el de miles de personas.

Compartirles un poco mi experiencia, para mí es una oportunidad de hablar de lo que Dios ha hecho en mi vida, cómo me ha mostrado su amor y su misericordia en cada una de las vivencias que tuve durante las jornadas.

JMJAR
La Jornada Mundial de las Juventudes Agustino Recoletas fue una oportunidad para reflexionar sobre cómo está nuestro corazón, cómo hemos sido capaces de anhelar, amar, avanzar y acompañar desde nuestra espiritualidad como Jóvenes Agustinos Recoletos.

También fue la oportunidad de sentirnos escuchados por los demás, contarles las vivencias y experiencias de nuestros grupos, y conocer las realidades de las comunidades en otros países. Sin duda, fue un gran momento para seguir aprendiendo y conociendo pero, sobre todo, de saber que cada joven JAR es importante.

Peregrinación Alba de Tormes
El corazón se me inquieta cuando pienso en mi experiencia en esta peregrinación, porque tenía el deseo y el anhelo de encontrar a Jesús caminante y peregrino. Al comenzar esta aventura todos estábamos emocionados, entonamos el himno de la JMJAR recordando y reconociendo que «quienes aman, caminan». Durante el camino fuimos compartiendo experiencias, oraciones, cantos, anécdotas. Íbamos reconociendo a Jesús en el hermano, y también la maravilla de la creación de Dios en la naturaleza. El cansancio y el agotamiento se hicieron presentes pero íbamos caminando juntos, apoyándonos, esperándonos y compartiendo, abriendo el corazón hacia el hermano.

Al llegar a Alba de Tormes fuimos a la Eucaristía en la Basílica de Santa Teresa. Allí, con el cansancio acumulado del camino, tuvimos la oportunidad de reconocer que «solo Dios basta», y también fue la oportunidad de ver el corazón de Santa Teresa, un corazón que nos recuerda que lo más importante es confiar en la misericordia de Dios.

Fátima
Llegar a Fátima fue un sueño hecho realidad, la oportunidad de poner a los pies de María las intenciones que llevaba el corazón, de tomar un tiempo para sentir el amor y la ternura que solo la virgen María es capaz de transmitir.

Tuvimos la oportunidad de participar en la Eucaristía, vivirla y compartirla con muchas más personas. Ver la bandera JAR ondear frente al santuario fue la oportunidad de pensar en lo importante que es María para cada uno de nuestros corazones inquietos.

JMJ
La Jornada Mundial de la Muventud es una experiencia única en la vida del joven que tiene la oportunidad de vivirla. Permite ver la diversidad de culturas que se reúnen en torno a la Verdad, en torno a Aquel que nos ha llamado por nuestro nombre, Aquel que, por su amor, nos ha llamado para que seamos todos uno. En la diversidad de culturas e idiomas, Dios se hace presente.

La JMJ nos permite ser conscientes de la necesidad de sentirnos escuchados, pero también de ser protagonista y ser el hoy de la Iglesia. Nos anima a salir de nuestra zona de confort y salir a la ayuda del prójimo siendo nosotros mismos, siendo únicos y auténticos.

Quiero terminar citando al Papa Francisco: «Si Dios te llama por tu nombre significa que para Dios ninguno de nosotros es un número. Es un rostro, es una cara, es un corazón.» Sentirnos únicos, amados y saber que Dios nos llama siendo quienes somos, con nuestras alegrías, tristezas, formas, actitudes es un motor para seguir adelante con un corazón inquieto, caminando todos juntos porque quienes aman, caminan.

Sofía Oliva, JAR Guatemala

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