Una palabra amiga

Interioridad: Proyecto de vida

En julio de 2018 el P. Lucilo Echazarreta publicó en la Uniagustiniana de Bogotá tres libros que hasta el día de hoy desgraciadamente son poco conocidos: EL YO INTEGRADO; DIOS, EL GRAN ENCUENTRO Y LOS OTROS, MI PROYECTO.

Tenemos aquí una ayuda eficaz para hacerse un Proyecto de Vida, que no se deje llevar por la fantasía o las ilusiones artísticas, sino por aquello que realmente construye a la persona. Comienza por invitarnos a vivir la propia interioridad al estilo agustiniano. Partiendo del Yo se requiere que haga una introspección de sí mismo, para ver si se encuentra en paz o en desasosiego. El hombre es capaz de Dios y lo busca desde el fondo de su corazón. Nuestra vida hemos de verla como la propia historia de salvación. Dios actúa en nuestra historia y de ahí nacerá una memoria agradecida y orante que nos llevará a la alabanza divina de una u otra forma.

Para cultivar este Yo Integrado hemos de fortalecer nuestra voluntad en medio de una sociedad líquida que nos lleva continuamente a buscar el confort y la comodidad, pero que por otro lado no hace sino exigir la competividad y el triunfo en la lucha por los primeros puestos. Para esto ha de ejercitar las tres potencias del ser humano. La inteligencia para “leer dentro”, la memoria, compañera de viaje, que es una memoria de Dios y tiene que mostrarse agradecida y, la voluntad, fuerza de amor. Esa voluntad que se muestra en la decisión y el esfuerzo de cada día.

En el segundo libro, Dios el gran encuentro, el P. Lucilo dice que la interioridad verdadera es como una flor abierta a la trascendencia. Es una interioridad habitada. La fe es una puerta esencial para construir una persona con sentido pleno. Esta interioridad se llama GRACIA. Dijo Jesús en la última cena: “El que me ama guardará mi palabra; y mi Padre lo amará, y vendremos a él, y haremos con él morada” (Jn. 14,23). Para este encuentro con Dios propone 5 pasos, a saber: Volved al corazón; la verdadera religión, fuente de liberación y entusiasmo; encuentro transformador con Jesucristo; la oración y la vocación. Por último, reduce los pasos de retorno a Dios a conocerse a sí mismo, la humildad y la oración.

En el tercer libro titulado Los otros, mi proyecto comienza diciendo que la vida del hombre exige encuentro con otras personas de manera casi continua. En medio de la sociedad es donde adquiere sentido el ser humano, según explica Aristóteles: “Fuera de la sociedad el hombre es una bestia o un Dios”, y también: “Hemos nacido para unirnos con nuestros semejantes y vivir en comunidad con la raza humana” (página 11). El desarrollo de este libro lo hace en 5 capítulos titulados: Vivo en sociedad; la amistad; la escuela y la vida; el trabajo, expresión de la persona y crecemos en familia.

Bien sabemos que no podemos llegar a Dios si no es a través del amor a los hermanos. Lo primero en la intención y motivación es el amor a Dios, pero lo primero en la realización y puesta en práctica es el amor al prójimo. La persona humana es relación y por lo tanto yo no puedo desarrollarme fuera de la sociedad. Los agustinos recoletos hemos de ser “expertos en comunidad”. Por eso nuestras comunidades deben ser atrayentes e iluminadoras en medio del pueblo en que vivimos.

Después de una seria y documentada reflexión de cada tema añade los Materiales con pasajes bíblicos, reflexiones, parábolas y textos para interiorizar. El acápite termina siempre con Ejercicios y dinámicas que sirven mucho para practicarlas en la escuela, colegio o grupos de oración. Para estos últimos les dedica: Para orar, a base de un texto agustiniano que lo desarrollarán mediante una dinámica.

En definitiva, contamos aquí con un material muy apropiado para la lectura y meditación personal pero también para emplearlo en los grupos parroquiales o en las clases de educación religiosa en el colegio.

El P. Lucilo tuvo ocasión de exponer parte de estas ideas en el curso online que se dio del 5 al 15 de junio de este año con el título de Acompañamiento y Liderazgo Espiritual junto con los PP. Bruno D´Andrea y José Manuel González. A él le correspondió hacer el Taller sobre la Interioridad agustiniana: proyecto de vida. En él explicó las principales ideas que extrajo y compendió de sus tres libros.

Pero, además, nos dio a leer un largo artículo titulado las Rutas de Interioridad. En él insiste en lo central, a saber, que en nuestra vida hemos de dar más lugar al silencio para tener una interioridad activa, es decir, con actitud de recogimiento que es lo propio del espíritu recoleto y al mismo tiempo con el ejercicio de amistad que nos lleva a cultivar la mirada, a cultivar el deseo: “Si quieres cambiar tu vida, cambia tus deseos” y guardar el “ordo amoris” agustiniano.

Esto nos ha de llevar a vivir en una continua liturgia espiritual al modo de la Virgen María que nos haga responder a nuestra vocación: “Ama, pero cuida lo que amas” (San Agustín) porque eso es lo que muy pronto vas a ser.

Por último, en la revista RECOLLECTIO, Vol. XLV 2022 a partir de la página 25 tenemos ocasión de leer un artículo muy actual: “La verdad alimento del alma en una cultura liquida”. Frente a una sociedad superficial, fragmentada, individualista, acostumbrada a la “institucionalización de la mentira” en todos los órdenes de la vida, Agustín de Hipona recuerda la importancia de la verdad como el existencial humano que posibilita el autoconocimiento, el diálogo interpersonal y la verdad como base de una cultura del encuentro. Aprovechemos estas ocasiones para beber en las fuentes auténticas de la agustinología mientras cultivamos el “otium sanctum” en nuestros conventos.

Fr. Ángel Herrán OAR

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