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La doctora Carmen Montejo, nombrada Hermana General de la Orden

La doctora Carmen Montejo comparte su trayectoria de casi dos décadas con la Orden y su reciente nombramiento como Hermana General. Conocida por su dedicación en el Centro de Salud del barrio madrileño de Canillejas, su conexión con los frailes comenzó cuando éstos se convirtieron en sus pacientes hace casi 20 años.

En esta entrevista, Carmen explica cómo su compromiso se fortaleció cuando trabajaba como voluntaria en un dispensario médico en Bajos de Haina, República Dominicana. Allí se vinculó aún más con la pastoral social de la parroquia de los agustinos recoletos. A lo largo de los años, ha compartido la fe, la misión y la vida con los frailes, y destaca su participación en ARCORES, el voluntariado y la protección del menor.

Asimismo, resalta la importancia de la fraternidad en el carisma de la Orden y enfatiza la cercanía, calidez y vida de familia que encuentra en ella. Carmen es admiradora de la misión y el compromiso con los empobrecidos y sueña con colaborar activamente en misiones cuando sus hijos sean mayores. La vivencia de la interioridad de San Agustín y el encuentro con Dios en lo más íntimo son también aspectos atractivos e importantes para ella.

Su nombramiento como Hermana General fue recibido con sorpresa y gran alegría. Para ella, significa profundizar en los vínculos de familia y supone un regalo que va más allá de los méritos y que se centra en la construcción del Reino de fraternidad.

Además, Carmen desempeña un papel crucial en ARCORES España ya que trabaja en el Equipo de Voluntariado y en las Comisiones de Igualdad de Género y de Protección del Menor. Su ocupación principal se centra en la defensa de los menores y las personas vulnerables, así como en la promoción de la cultura del cuidado y buen trato en las obras y comunidades.

El nombramiento de los hermanos generales se fundamenta en el número 117 del Código adicional de la Orden, en el que se establece que «el prior general, por documento oficial, puede admitir a la participación de los bienes espirituales de la Orden, con el título de hermano general de la Orden, a aquellos fieles que se distingan como insignes bienhechores de la comunidad».

En su mensaje a la Orden, Carmen alienta, tanto a los religiosos como a los laicos, a seguir compartiendo la misión, el carisma y la vida con audacia y creatividad. Destaca la importancia de optar por los empobrecidos y vulnerables y de crecer en la identificación y el compromiso con ellos. También comparte el sueño de ARCORES España de iniciar un proyecto social, significativo e interprovincial en nuestro país.

Finalmente, agradece a sus queridos hermanos que le sirvan de cauce para seguir a Jesús y que refuercen así unos vínculos que resultan difíciles de explicar pero que son profundos, gratuitos y para siempre.

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