Entre las labores que los agustinos recoletos desarrollan en Sierra Leona destaca la administración y dirección de la escuela internado St. Paul, proyecto que inauguraron en año 2019. Este centro, con capacidad para acoger a 12 jóvenes sin recursos, se encuentra en el Campus de la Escuela St. Paul en Kamalo y cuenta con el apoyo financiero de la Red de Solidaridad Internacional ARCORES.
Elizabeth Umu Bangura es, desde hace 3 años, la directora del internado, la ‘auntie‘, como le llaman las chicas cariñosamente. Ella siente una gran responsabilidad al ejercer su trabajo pero ha reconocido que no hay nada que le haga más feliz: a mi alrededor siento alegría, siento felicidad cada día. La mayoría de las jóvenes que están a su cargo se encuentran completando sus estudios de secundaria, y algunas de ellas están terminando los últimos años de la escuela primaria: uno de los objetivos principales es que todas sepan leer y escribir. Es algo que hacen todos los días. Asimismo, Elizabeth ha explicado que una de las mayores dificultades a las que se enfrentan cada día es la barrera del idioma, porque cada joven llega desde una aldea y tribu diferente, con lenguajes distintos.
Gloria Yeabu Sesay, de Timbu Village, Alice, de Kamakwie Village y Adama R. Mallon de Nbedebu Village son tres de las doce jóvenes que forman parte de este proyecto. Las estudiantes han explicado en esta entrevista su experiencia en el internado, en el que reciben educación y formación integral. También han compartido sus historias de vida, sus testimonios de fe y sus sueños sobre el futuro.
Gloria ha recordado cómo Fr. Jess, Prior de la comunidad agustino recoleta de Kamalo, le invitó a unirse al proyecto una vez que falleció su padre: yo vengo de una familia muy pobre. Mi madre me abandonó cuando era pequeña y, cuando mi padre murió, Fr. Jess me trajo aquí. Me siento muy agradecida porque no sólo me ayuda a mí, sino también al resto de mis hermanas. Sus seis hermanas siguen viviendo en Timbu Village y son un gran apoyo para ella: ellas son musulmanas, yo soy la única católica, pero nos llevamos muy bien, son muy importantes para mí. Gloria sueña con ser enfermera.
Alice, que antes asistía al colegio en la ciudad de Kamakwie, ha explicado que cuando sus padres fallecieron la vida se volvió difícil para su hermana y para ella: entonces los Padres me invitaron al internado para recibir una mejor educación. Entré en el año 2019. Y ha expresado que de mayor quiere ser monja.
Por último, Adama, que lleva dos años viviendo en St. Paul, ha contado que además de estudiar y de ir al colegio tienen tiempo de practicar otras actividades juntas: “me llevo muy bien con todas. Me gusta cuando la auntie me hace reír y cuando cantamos y bailamos”. Aunque acaba de comenzar sus estudios de secundaria, ha reconocido que sueña con ser abogada.
El objetivo del internado St. Paul es abrir una puerta a la igualdad de oportunidades en un contexto social que tradicionalmente ha negado a las mujeres el acceso a la educación. Además de asistir a la escuela, las niñas reciben una formación integral que les prepara para el futuro.