Nacido el 22 de septiembre de 1952 en Monachil, Granada, España, ingresó en la Orden de Agustinos Recoletos el 11 de agosto de 1974 con su profesión simple en Monteagudo (cumple sus bodas de oro este año). Estando destinado en Costa Rica, en febrero de 1999 fue nombrado obispo de Rio Branco, estado de Acre en Brasil, donde fue ordenado el 30 de mayo. Se cumplen, por tanto, 25 años de ese evento. Tiempo suficiente para hacer una evaluación que su presbiterio considera muy positiva, y por eso quiso resaltar esta fecha con un acto público de reconocimiento.
Meses antes inició la logística y los preparativos a espaldas del homenajeado. En vísperas se lanzó el programa: un acto cultural el día 31 de mayo y la misa del jubileo el 1 de junio. Debido a que el día cierto era el 30 de mayo, día de Corpus Cristi, se marcaron esos días inmediatos.
A las 6 de la tarde del día 31 de mayo, en el gimnasio del Instituto Inmaculada Concepción, las autoridades, convidados, amigos y fieles se reunieron para el acto cultural, que consistió en una serie de homenajes y recorrido por estos 25 años de episcopado de dom Joaquín. Un repaso a su actividad cultural a través de sus 22 libros escritos donde aborda todos los temas: sociales, culturales, religiosos, trabajadores, de la salud, de la ecología y hasta de la cristología. Intervenciones de representantes de los diversos estamentos y como broche final la felicitación de su familia on-line desde España. Representando nuestra Orden estaba fray Juan Cruz Vicario, delegado de la Provincia en Brasil y compañero de Joaquín en España y en la Prelatura de Lábrea.
El sábado día 1 llegaba el general de la Orden, Miguel Ángel Hernández, acompañado del consejero general Ismael Xuruc; los obispos de Lábrea dom Jesús Moraza (emérito) y Santiago Sánchez (titular); el obispo de Cruzeiro del Sur dom Flávio Giovernale; muchos sacerdotes, diáconos y otros convidados. Por la mañana dom Joaquín mostró al general y otros acompañantes los “tesoros” de su diócesis: el seminario, el hospital Santa Juliana, su facultad eclesiástica, la catedral, el centro de hansenianos… para llegar al punto culminante: La misa de las 5 de la tarde en el mismo local donde tuvo lugar el día anterior el acto cultural.
Antes de la misa el equipo de animación litúrgica motivó, animó, contagió la alegría y espiritualidad de lo que estaba para acontecer. Una larga fila de monaguillos, seminaristas, lectores, diáconos, sacerdotes, obispos y el propio dom Joaquín entraron en procesión ante el clamor del pueblo. Después de acto penitencial se presentaron las distintas pastorales, movimientos y servicios con sus pancartas y símbolos. La homilía de dom Joaquín fue un documento memorable de estos 25 años con sus desafíos, gozos, esperanzas y anhelos todavía por cumplir. Significativo el ofertorio muy amazónico. Después de la comunión los homenajes, destacando el del clero (casi todos ordenados por dom Joaquín) tanto sacerdotes como diáconos, que hicieron un corro de abrazos alrededor de su persona, como también hicieron los seminaristas. Otros homenajes fueron el de los obispos, de la Orden, del vicario episcopal, además de musicales, entrega de placa conmemorativa, flores… y entrega de la felicitación del Papa Francisco que fue leída y recibida con grandes aplausos.
Visiblemente emocionado dom Joaquín tuvo palabras de agradecimiento para todos. Posó feliz en sesión interminable de fotos y encerró el día con la cena con todo el clero en la parroquia San Sebastián que nos acogió para las recepciones. Orgullosa nuestra Orden donde uno de los nuestros trabaja desde hace 25 años “donde la Iglesia nos necesita”. Felicidades, Joaquín.