La cuarta edición de los Diálogos de Casiciaco se ha celebrado este 11 de octubre 2024 bajo el lema «Quien canta, ora dos veces», coincidiendo con el lanzamiento del canal Recoletos Music en Spotify y Apple Music. Tras otras tres ediciones, este proyecto de la Orden de Agustinos Recoletos sigue buscando propiciar la reflexión conjunta sobre cuestiones de actualidad y en esta ocasión, el objetivo ha sido profundizar sobre el papel de la música en la vida de la Iglesia y en la evangelización.
El evento ha contado con la participación del compositor agustino recoleto, José Manuel González Durán, desde España; del abogado y músico, vinculado a las JAR, Juan Marcelo De Biase, desde Argentina; del joven mexicano y uno de los compositores del Himno oficial JMJAR 2023, Carlos Estrada, desde Costa Rica; y la religiosa agustina recoleta, directora del grupo musical de las Hermanas Agustinas Recoletas del Corazón de Jesús, Gracelia Molina, desde Venezuela.
«Cuando cantamos desde el corazón, no solo usamos nuestra voz, sino también nuestro espíritu para alabar a Dios»
José Manuel González Durán inició su intervención con una profunda reflexión sobre la naturaleza del canto en la vida cristiana: «Cantar es propio de quien ama», citando a San Agustín, e invitó a los presentes a recordar que la música es una forma de oración y de expresar el amor a Dios: Cuando cantamos desde el corazón, no solo usamos nuestra voz, sino también nuestro espíritu para alabar a Dios. González Durán subrayó la necesidad de ofrecer los talentos a Dios con humildad y disposición: El primer consejo que puedo dar a los jóvenes es que no crean que su talento ya está listo; hay que pulirlo y dejarse guiar por otros. Además, subrayó que el ministerio musical es un acto de servicio, no de vanagloria, y que siempre debe apuntar a edificar a la comunidad.
En la misma línea, la Hermana Graciela habló sobre la obediencia y la importancia de seguir el camino que marca la comunidad: Nosotras no elegimos por gusto personal, sino que somos enviadas a los eventos por nuestra madre general, recordándonos que lo más importante es la humildad y la disposición a servir.
«Tenemos que tener claro que somos puentes para que el Señor llegue a donde Él quiera llegar»
Uno de los temas que suscitó más debate fue la diversidad de géneros musicales y su lugar dentro de la Iglesia. Marcelo abordó este tema 
desde una perspectiva práctica: Tenemos que tener claro que somos puentes para que el Señor llegue a donde Él quiera llegar. Y añadió que un consejo que se puede dar a quienes deseen incursionar en este servicio es que tengan muy claro que es un servicio, que somos instrumentos. No es para lucimiento personal, sino para la gloria de Dios. Si no tienen claro eso, por más dones que nuestro Señor les regale, no se tratará de música católica ni de música religiosa, sino de otra cosa.
Carlos, por su parte, aportó su experiencia trabajando con jóvenes músicos en países como México y Costa Rica. Hay jóvenes con talentos increíbles, pero necesitan guía para no perder el foco de su misión. Hizo hincapié en la importancia de encontrar mentores que acompañen a los nuevos músicos en su desarrollo tanto espiritual como artístico.
En este sentido, los ponentes coincidieron en que la música, independientemente del género, debe siempre estar al servicio de Dios y de la comunidad. Subrayaron que el respeto por la liturgia y la disposición a obedecer a la Iglesia son claves para garantizar que el ministerio musical cumpla con su propósito evangelizador.
En el cierre del encuentro, José Manuel González Durán animó a los jóvenes músicos a no esconder sus talentos: No guardes tu talento; ofrécelo a Dios, pero recuerda que siempre hay espacio para mejorar. Deja que otros te guíen en tu camino.
La Hermana Graciela, a su vez, insistió en la importancia de la obediencia y la humildad como pilares del servicio en la música: El verdadero servicio viene de la entrega humilde, no de lo que uno quiera o prefiera hacer.