Fr. Ismael Xuruc, consejero general de la Orden de Agustinos Recoletos y presidente del Secretariado general de Apostolado misional y ministerial, describe su reciente visita a las misiones de la Provincia de San Ezequiel Moreno en Filipinas como una “experiencia profundamente enriquecedora y emotiva”. Su recorrido por las comunidades misioneras de lugares como Palawan y Mindanao le permitió comprobar de primera mano que “misionar sigue siendo parte del ADN de nuestra Orden”. Aunque los agustinos recoletos no nacieron originalmente como una orden misionera, Xuruc recuerda que “las circunstancias sociales y la acción del Espíritu Santo nos llevaron, desde nuestros inicios, a expandir la Buena Nueva más allá de nuestras fronteras, desde Filipinas hasta Latinoamérica”.
“En lugares como Palawan y Mindanao, pude ver de cerca el incansable trabajo de nuestros religiosos.”
Uno de los aspectos que más conmovió a Fr. Xuruc durante su visita fue el espíritu de entrega y servicio de los religiosos que trabajan en las zonas más alejadas de Filipinas, donde las condiciones de vida pueden ser sumamente difíciles. “En lugares como Palawan y Mindanao, pude ver de cerca el incansable trabajo de nuestros religiosos, quienes con espíritu de entrega y servicio, acompañan y escuchan a las comunidades”, explica. A pesar de las dificultades que enfrentan, como “la falta de infraestructura, electricidad, servicios médicos y caminos, y riesgos por el mar”, los misioneros continúan perseverando en su labor “con esperanza y alegría”.
Xuruc también destacó las mejoras que ha visto en algunas de las misiones. “Me emocionó especialmente ver las mejoras tanto en infraestructura como en animación pastoral en una de las cuasi parroquias de Mindanao, fruto del esfuerzo y el compromiso de los religiosos”. Este progreso es un testimonio del trabajo continuo y dedicado de los frailes, quienes no solo se enfocan en el aspecto espiritual, sino que también se preocupan por el bienestar material y social de las comunidades a las que sirven.
«Dialogamos cómo podemos seguir impulsando el apostolado misional, desde las orientaciones de la Orden y el Proyecto de Vida y Misiones.”
Durante su visita, Fr. Ismael tuvo la oportunidad de participar en el Congreso Misionero Internacional organizado por la Provincia de San Ezequiel Moreno. Este encuentro fue un espacio para reflexionar sobre el presente y el futuro de las misiones. “Escuchamos el testimonio de frailes que compartieron la realidad de cada misión, y dialogamos cómo podemos seguir impulsando el apostolado misional, desde las orientaciones de la Orden y el Proyecto de Vida y Misiones”. Además, el Congreso permitió explorar acciones concretas para asegurar la sustentación económica de los ministerios misioneros, un tema clave para la continuidad de la labor pastoral en estas áreas.
Uno de los momentos más impactantes para Fr. Ismael fue el diálogo con los consejos pastorales y párrocos de las distintas comunidades. “Me impresionó la dedicación de los laicos en sus parroquias, no solo en el plano espiritual, sino también en su compromiso solidario con los más necesitados”. Este compromiso de los laicos es fundamental para el éxito de la misión, ya que refuerza la labor de los religiosos y asegura la sostenibilidad de los proyectos en marcha.
«Me he encontrado con religiosos jóvenes, llenos de ganas y pasión por su misión, dispuestos a enfrentar los retos personales, locales y provinciales que les tocan vivir”.
Al regresar de su visita, Fr. Xuruc expresó su gratitud por la vitalidad que ha encontrado en la Provincia de San Ezequiel Moreno. “Regreso de esta experiencia con el corazón lleno de gratitud por la vitalidad que he encontrado en la Provincia. Me he encontrado con religiosos jóvenes, llenos de ganas y pasión por su misión, dispuestos a enfrentar los retos personales, locales y provinciales que les tocan vivir”. El entusiasmo de estos frailes jóvenes es, según él, una señal de que el espíritu misionero sigue vivo y en crecimiento. “Su presencia no se limita a Filipinas, sino que también están presentes en Indonesia, África y Vietnam”, lo que demuestra la expansión continua de la misión recoleta en distintas partes del mundo.
Durante su estancia en Manila, Fr. Ismael tuvo ocasión compartir tiempo con los estudiantes de teología de la Orden, reflexionando junto a ellos sobre el legado misionero de los agustinos recoletos y animándoles a seguir cultivando este carisma en sus vidas. “La fe y esperanza en el Señor son, sin duda, la fuerza que nos permitirá superar cualquier dificultad”, les recordó, enfatizando la importancia de la confianza en Dios para continuar la misión en medio de los desafíos.
“La fe y esperanza en el Señor son, sin duda, la fuerza que nos permitirá superar cualquier dificultad.”
Fr. Ismael también tuvo la oportunidad de reunirse con el Consejo Nacional de las Juventudes Agustino Recoletas (JAR) de Filipinas. El encuentro estuvo centrado en los preparativos para la próxima Jornada Mundial de las Juventudes Agustino Recoletas (JMJAR), que se celebrará en Seúl, Corea del Sur, en 2027, coincidiendo con la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ). Este evento promete ser un espacio significativo para que los jóvenes recoletos de todo el mundo se reúnan, compartan su fe y refuercen el carisma agustino recoleto, continuando con el legado misionero de la Orden.
Uno de los momentos más emotivos de la visita de Fr. Xuruc fue su paso por la tumba de Fr. Joel Naranja, quien falleció en Cuba el 8 de agosto de 2021 debido a la COVID-19. Junto a Naranja, Fr. Xuruc fue parte de la primera comunidad que fundó la misión recoleta en Cuba. “Recordar su vida y su servicio generoso es motivo de dolor por la pérdida, pero también de gratitud por el tiempo compartido y el legado que dejó”. Durante su visita, tuvo la oportunidad de pasar tiempo con la familia de Fr. Joel, un momento que, aunque marcado por el dolor de la ausencia, también estuvo lleno de gratitud por la vida de su hermano en la fe.
“Recordar la vida de Fr. Joel y su servicio generoso es motivo de dolor por la pérdida, pero también de gratitud por el tiempo compartido y el legado que dejó.”
Fr. Ismael regresa a Roma con el corazón lleno de gratitud, pero también con nuevos retos y tareas por delante. “Desde la Curia general, seguiremos trabajando para ofrecer un acompañamiento cada vez más significativo a nuestros misioneros y párrocos, convencido de que, con la gracia de Dios, nuestra misión seguirá floreciendo en todo el mundo”.