En la misión agustina recoleta de Kamalo (Sierra Leona) la oración diaria del rosario se ha convertido en una tradición fundamental para la vida de la comunidad, que se reúne cada noche a las 7:00 pm. Este momento de oración compartida no sólo fomenta la unión, sino que, como ha explicado Fr. Jess Marco Sanchez, de Filipinas, también «afianza el compromiso con los valores espirituales de la misión, consolida la fe y fortalece la devoción a la Virgen María».
El mes de octubre, dedicado a Nuestra Señora del Rosario, tiene un significado especial para los fieles de todo el mundo. Durante estas semanas, se han celebrado actividades en honor a la Virgen María en las que se ha promovido su veneración entre personas de todas las edades. Al finalizar el mes, la comunidad ha organizado una ceremonia especial en la que 70 niños han recitado individualmente el “Padre Nuestro”, el “Ave María” y el “Gloria”, en un tributo sincero «que busca arraigar la devoción a la Virgen en las generaciones jóvenes».
Fr. Jess Marco, ha explicado desde Kamalo que «la Virgen María es vital para esta comunidad. Su figura representa no solo la devoción y el amor, sino también el papel fundamental de las mujeres en la sociedad y en el camino de salvación”.
Para muchas familias de la misión, en una región donde el catolicismo es minoritario, «la Virgen María es vista como un ejemplo de feminidad, fuerza espiritual, dignidad y respeto«. De hecho, en una de las comunidades más remotas de la misión, Laminaya, la capilla ha sido consagrada como Nuestra Señora de Sierra Leona, un acto que simboliza la influencia de la Virgen incluso en los rincones más alejados.