Fr. Fabián Martín Gómez, consejero general de la Orden, viajó a Cuba el pasado 11 de noviembre para compartir tres meses con la comunidad de Agustinos Recoletos que desarrolla su misión en la Diócesis de Holguín. En una reciente entrevista nos compartía sus primeras impresiones.
«Lo primero que me llamó la atención al llegar a Báguanos, una de las parroquias de la diócesis de Holguín, fue un letrero que dice: un pueblo que crea y funda«. Esta es una de las comunidades atendidas por los agustinos recoletos en la zona, que cubren un área de aproximadamente 70 kilómetros a lo largo de la carretera principal. Estas comunidades se distinguen por su diversidad cultural y el dinamismo de sus habitantes.
«La realidad del día a día de estas comunidades se caracteriza por dificultades en el transporte, frecuentes apagones eléctricos, largas filas para recibir alimentos básicos y un ambiente animado por la música. Las personas parecen estar acostumbradas a la situación, mostrando paciencia frente a estos desafíos», compartía Fabián.
La comunidad está formada por niños que juegan en las calles, adolescentes que se conectan ocasionalmente a través de sus teléfonos móviles, y adultos que realizan sus actividades cotidianas.
«Hay una presencia importante de personas mayores, quienes suelen pasar el tiempo en las puertas de sus casas o bajo la sombra de los árboles».
El clima de la región es caluroso y húmedo, con lluvias frecuentes en la temporada actual. Las viviendas son en su mayoría pequeñas, muchas de ellas construidas de madera, y algunas edificaciones más grandes presentan signos de antigüedad, sin haber sido pintadas en muchos años.
Fabián compartía que «la infraestructura de transporte en estas áreas es limitada. Se pueden ver coches antiguos y carretas tiradas por caballos que se utilizan como principal medio de transporte». Las carreteras están en mal estado y los vehículos modernos son excepcionales. Los agustinos recoletos se desplazan entre las comunidades utilizando motocicletas y un jeep antiguo, aunque enfrentan dificultades para conseguir gasolina o diésel debido a las restricciones vigentes.
La comunidad de Agustinos Recoletos presente en la Diócesis de Holguín está compuesta por cuatro frailes que residen en la parroquia de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre, en Banes. Desde allí, atienden tres parroquias (Báguanos, Tacajó y Antilla) y tres comunidades más pequeñas (Ajies, Río Seco y Macabí). Las distancias no son grandes, pero la escasez de combustible complica los desplazamientos.
«Las actividades religiosas se concentran principalmente los fines de semana. Los frailes celebran la Eucaristía, ofrecen formación para adultos, realizan encuentros con jóvenes y catequesis con niños, y se reúnen con los consejos pastorales».
En las comunidades, los laicos también desempeñan un papel importante, liderando actividades y animando la participación de los fieles. En la parroquia principal se celebra la Eucaristía diariamente y se organizan diversas actividades formativas.
«La participación en las celebraciones religiosas es reducida en proporción a la población total, principalmente debido a la historia reciente de persecución y limitación de la expresión pública de la fe. La mayoría de los asistentes son mujeres, muchas de ellas mayores, algunos niños y pocos jóvenes y hombres».
Para Fabián, uno de los mayores retos para la Iglesia católica en Cuba es promover una nueva evangelización que fortalezca la fe en estas comunidades. Mantener la esperanza es también un desafío crucial, dado el contexto de dificultades económicas, deficiencias en el sistema de salud y problemas de transporte e infraestructura.
«La Iglesia busca acompañar al pueblo de Cuba en su deseo de un futuro más prometedor».