El conocimiento y estudio de san Agustín es uno de los pilares fundamentales de la espiritualidad de la Orden de los Agustinos Recoletos. En este contexto, Fr. Bruno D’Andrea, religioso agustino recoleto, se ha destacado por su contribución al estudio del santo y su legado teológico. Recientemente, ha obtenido su doctorado en Teología con una tesis sobre la cristología de san Agustín. Argentino de Santa Fe capital, su camino formativo comenzó en Buenos Aires y continuó en Granada, España. Sus primeros pasos en la vida comunitaria y pastoral los vivió en Venezuela, donde desempeñó labores como promotor vocacional, formador y párroco en un contexto desafiante. Posteriormente, fue enviado a Roma para estudiar Patrología en el Pontificio Instituto Patrístico Augustinianum. Actualmente, es Maestro de profesos en Monachil y colabora con el Instituto de Agustinología, el equipo Ministerium Sapientiae y la Universidad Loyola Andalucía, donde imparte clases de Patrología, Patrística y teología contemporánea. Además, apoya la Pastoral Vocacional en la Vicaría de España. En esta entrevista, D’Andrea comparte su experiencia personal en la elaboración de su trabajo doctoral y reflexiones sobre su misión actual en el ámbito de la formación.
¿Cómo nació el interés por estudiar Patrología?
Cuando estaba en Venezuela, el Prior Provincial me propuso estudiar en Roma. Al preguntarme qué quería estudiar, mencioné Dogmática o Patrística. La recomendación fue optar por Patrística, y desde entonces lo vi como algo providencial. Desde mi ingreso al Seminario, leía las obras de san Agustín y sentía una inclinación natural por difundir su pensamiento, su vida y su espiritualidad. Esta oportunidad me permitió profundizar en un campo que siempre había admirado.
¿Qué ha descubierto en el estudio de la Patrología que más le ha impactado y que aplica a su vida y misión?
Me sorprende constantemente la riqueza de las interpretaciones bíblicas de los Padres de la Iglesia. Su manera de dar sentido a figuras, narraciones y parábolas para edificar a los fieles y a la Iglesia es profundamente espiritual. La exégesis simbólica que desarrollaron, aunque no compite con los avances de la exégesis moderna, tiene un impacto único en el corazón y el alma.
Desde su perspectiva, ¿qué representa san Agustín para la Patrología?
San Agustín es uno de los grandes Padres de la Iglesia y el más influyente en Occidente. Es imposible tratar un tema teológico sin mencionar su pensamiento y doctrina. Su influencia se extiende incluso a ámbitos como la filosofía y la ciencia, donde pensadores de diferentes corrientes encuentran inspiración en sus escritos. Su habilidad para dialogar con las grandes preguntas existenciales lo hace relevante para toda época.
¿De qué trata su tesis doctoral?
Mi tesis aborda la cristología de san Agustín en la obra Contra Faustum Manichaeum. Aunque esta obra ha sido estudiada desde distintas perspectivas, mi investigación se centra en la defensa de la encarnación que Agustín menciona en las Retractationes. Mi objetivo fue analizar cómo Agustín argumenta sobre la encarnación del Hijo de Dios “en la verdad de la carne”.
¿Cómo puede la enseñanza de san Agustín ayudar al hombre contemporáneo?
San Agustín plantea al ser humano como una “gran pregunta” para sí mismo, lo cual resulta muy actual. Los cambios vertiginosos que vivimos nos llevan a preguntarnos por el valor de la humanidad. Su llamada a evitar los caminos fáciles y a buscar respuestas profundas interpela directamente al hombre de hoy.
¿Cómo vivió la experiencia de la defensa de su tesis doctoral?
Fue una experiencia nerviosa pero también muy acompañada. Sentí el apoyo de mi familia, frailes, religiosas y laicos. Repetía para mí mismo que “esto de la tesis es algo de todos”. Este momento tuvo sentido porque vinculé la investigación con mi vocación agustino recoleta.
Finalmente, ¿cuáles son sus próximos objetivos en el estudio de san Agustín?
Quiero profundizar en su manera de enseñar a través del comentario a las Escrituras y en lo que nos puede aportar sobre el acompañamiento. Creo que aún hay mucho por descubrir y asimilar en estas áreas.
Fr. Bruno D’Andrea nos recuerda que el estudio de los Padres de la Iglesia no es solo una mirada al pasado, sino una invitación a responder a las preguntas de nuestro tiempo con profundidad y espiritualidad.