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Cuba, tierra de contrastes y esperanza: la experiencia transformadora de Fr. Fabián Martín

La comunidad agustino recoleta de Cuba nació como una iniciativa del Prior general y su consejo en 2018, tras un proceso de discernimiento. Se trata de un proyecto interprovincial impulsado por el Prior general. Desde entonces han pasado por allí religiosos de todas las provincias y, en los últimos meses, han comenzado a hacerse presentes los consejeros generales para compartir unos meses con la comunidad y conocer más de cerca la realidad.

Fr. Fabián Martín Gómez ha sido el primero de los consejeros en trasladarse a Cuba para vivir una experiencia de más de dos meses en la misión que los agustinos recoletos atienden en la Diócesis de Holguín. Durante su estancia, tuvo la oportunidad de integrarse en la vida de las comunidades de Banes, Antilla, Tacajó y Báguanos, donde los Agustinos Recoletos desarrollan su labor misionera.

«Cuba lucha, resiste y aún tiene un poco de esperanza en que las cosas pueden cambiar y mejorar»

«Tuve la dicha, la bendición de hacerme presente en la misión de Cuba», afirma Fr. Fabián, destacando la importancia de acompañar y compartir la vida con las comunidades locales. En un contexto marcado por la escasez de alimentos, medicamentos y recursos básicos, Fr. Fabián se encontró con una sociedad que, a pesar de las dificultades, «lucha, resiste y aún tiene un poco de esperanza en que las cosas pueden cambiar y mejorar».

La experiencia en Cuba le permitió vivir momentos significativos que apelan a la fe, la esperanza y la caridad. Entre ellos, destaca la visita a los enfermos en Tacajó, donde conoció a un hombre con cáncer cerebral en condiciones precarias, pero atendido con inmenso amor por su esposa. «Para mí fue un momento que recordaré«, confiesa.

En Antilla, su trabajo con los jóvenes fue otra experiencia transformadora. «Decoramos la iglesia para la Navidad y, durante un corte de luz, compartimos una oración a la luz de los teléfonos celulares. Fue un recuerdo muy agradable», relata. Además, Fr. Fabián vivió la aventura de aprender a manejar motocicleta, enfrentando nuevos desafíos con humor y valentía.

«La esperanza de los cubanos se parece a la que regala la belleza de una puesta de sol; saben que un nuevo día surgirá»

La fe de los cubanos, según Fr. Fabián, es comparable a la de los marineros en alta mar: «Llena de riesgos y peligros, pero también de bienes y bendición». A pesar de las adversidades, las comunidades mantienen su mirada fija en Jesucristo y en figuras religiosas como la Virgen de la Caridad del Cobre, buscando inspiración y fortaleza para seguir adelante.

La esperanza, por su parte, se manifiesta en la capacidad de las personas para encontrar belleza y significado en lo cotidiano. «La esperanza de los cubanos se parece a la que regala la belleza de una puesta de sol; saben que un nuevo día surgirá», reflexiona Fr. Fabián.

«Los cubanos son personas luminosas, como las estrellas en el cielo en una noche de oscuridad»

La caridad y la solidaridad son pilares fundamentales en la vida de estas comunidades. «Los cubanos son personas luminosas, como las estrellas en el cielo en una noche de oscuridad», describe. Su capacidad para ayudar a los demás, incluso en medio de sus propias necesidades, dejó una profunda impresión en el religioso.

«Gracias, hermanos cubanos, por haber sido mis maestros en la fe, la esperanza y el amor», concluye Fr. Fabián, agradecido por las lecciones de vida recibidas y por la oportunidad de haber compartido el camino con personas que, a pesar de las dificultades, mantienen viva la llama de la esperanza y la solidaridad.

Su testimonio es un recordatorio del poder transformador de la fe y la comunidad, y de cómo, incluso en los contextos más adversos, es posible encontrar razones para seguir adelante y construir un futuro mejor.

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