El pasado 1 de febrero fue un día muy especial para los vecinos de Barra da Tijuca, en Rio de Janeiro (Brasil), porque la fiesta de la Presentación del Señor coincidió con la apertura de la nueva sede de la Parroquia Santo Agostinho, dedicada a Santa Rita de Cássia. Cientos de fieles participaron en la esperada ‘Misa de Presentación del templo’ en la nueva parroquia que ha sido construida bajo la supervisión de los Agustinos Recoletos para satisfacer las necesidades de la comunidad de la Parróquia Santo Agostinho.
El diseño del templo, obra del reconocido arquitecto Edmundo Musa, destaca por su modernidad y la integración de elementos de la tradición agustiniana, características que reflejan la estética de las construcciones erigidas por los Agustinos Recoletos en la región desde 1986. Pero la iglesia no solo impresiona por su arquitectura, sino también por las modernas instalaciones de iluminación, climatización y el amplio aparcamiento disponible para los fieles, que facilitará su acceso a las celebraciones diarias y eventos especiales.
La Misa de Presentación, presidida por el Prior provincial, Fr. Javier Tello, y concelebrada por el párroco Fr. Juanjo Ormazabal, comenzó con la ‘Procesión de las candelas’. Como ha explicado Fr. Juanjo, fue un momento “muy bonito, en el que los fieles no solo tomaron asiento en el templo, sino que participaron activamente en la entrada con la procesión. Esto simbolizó también que la comunidad ha «tomado posesión» de su nuevo lugar de oración, de su nueva casa”. Al final de la misa se distribuyeron rosas para todos aquellos que atraviesan dificultades físicas, espirituales o temporales.
Uno de los grandes elementos que destacan del nuevo templo es la réplica del Pozo de Santa Rita, ubicada junto a la fachada principal, que atrae tanto a fieles como a turistas y devotos de la santa considerada la «abogada de las causas imposibles».
Aunque la consagración del templo estáprevista para los próximos meses, la nueva sede parroquial ya ha abierto sus puertas en lo que se ha denominado una «apertura suave”: “Aunque aún faltan algunos detalles por finalizar, el templo ya está en condiciones de recibir a los fieles y se va a convertir en un espacio que une a la comunidad en oración y fe. Es emocionante, ¡vamos con todo!”, ha señalado Fr. Juanjo. A partir de ahora, la comunidad podrá disfrutar de misas diarias a las 18:00 horas, mientras se terminan los detalles finales de la construcción.