En el corazón de la propuesta educativa de la Red EDUCAR, los centros educativos de la Orden no son simplemente centros de enseñanza, sino espacios de evangelización. Así lo afirma Fr. José Manuel Cambero, religioso agustino recoleto, director del Colegio Sagrado Corazón de Guadalajara y coordinador del Equipo Internacional de Pastoral de la red:
“Una convicción que tenemos en la Red EDUCAR es que nuestros colegios son centros de evangelización”.
La educación católica es mucho más que la transmisión de conocimientos académicos; es una labor evangelizadora en sí misma. Fr. José Manuel destaca cómo el Papa Francisco refuerza esta visión: “Ahora tenemos a un aliado genial, que es el Papa Francisco, que si le escucháis cualquiera de las cosas que dice de educación, es impresionante. Nos está haciendo conscientes de cómo nuestra labor es auténtica evangelización”. En este contexto, cada detalle dentro de un centro educativo católico cobra un significado especial, desde la acogida matutina hasta el trato en el comedor o las actividades extraescolares. “El señor o la señora que recibe a los alumnos cuando entran, pasando por los del comedor, las aulas, cualquiera de los profesores, los de extraescolares, el equipo directivo, todo tiene que hablar de Dios en nuestros colegios”, subraya.
Los pilares de la educación en la Red EDUCAR
La filosofía educativa de la Red EDUCAR se asienta sobre varios pilares fundamentales. “Una de las patas, lógicamente, tiene que ser el evangelio”, destaca Fr. José Manuel. A este elemento esencial se suma la espiritualidad propia de la Orden Agustino Recoleta, que impregna la formación de los alumnos y el ambiente de los centros. Pero la evangelización no solo depende de la formación de los estudiantes, sino también del personal docente y administrativo, así como de las familias: “Tenemos que cuidar mucho al personal del centro, a todos los que trabajan con nosotros, seleccionarlos muy bien, cuidarlos muy bien.
Otra de las patas importantísimas, es la que abarca las familias con las que trabajamos. Y todo eso tiene que estar impregnado de la espiritualidad, del evangelio”.
Este enfoque integral requiere un ingrediente esencial: la alegría. “Y a todas estas patas hay que ponerles un asiento, y el asiento es la alegría y una pizquilla de humor también, que eso también es muy agustiniano”, dice Fr. José Manuel, recordando que la educación no solo debe transmitir valores, sino también generar entusiasmo y esperanza en las nuevas generaciones.
El perfil del alumnado: espiritualidad, libertad y sentido del humor
Los estudiantes que pasan por las aulas de los colegios de la Red EDUCAR no solo adquieren conocimientos, sino que también desarrollan un perfil que se distingue por tres grandes características: “Nuestros alumnos salen con un perfil, y en ese perfil hay tres cosas que destacan. Uno, una espiritualidad muy profunda. Otro es que son personas muy libres, y otro es que saben pensar con sentido del humor”.
Estos valores no surgen de manera espontánea, sino que son el resultado de un trabajo conjunto y comprometido entre docentes, familias y comunidad religiosa.
“En nuestra familia agustiniana, la misión no puede ser solo de los frailes o de las religiosas, la misión es de todos los que estamos. Entiendo que hoy en día, la misión nuestra, si no es compartida, ¿cómo la haces? Como que carecería de sentido”, concluye Fr. José Manuel.
La Red EDUCAR demuestra así que la educación católica no es solo una cuestión de currículo, sino de vivencia y testimonio, un compromiso común que forma personas con corazones abiertos al mundo, con fe, libertad y una sonrisa siempre presente.