Durante el mes de abril, el Prior general, Fr. Miguel Ángel Hernández, ha recorrido las comunidades y obras apostólicas de la Vicaría de Argentina, visitando las ciudades de Buenos Aires, San Andrés, Rosario, Santa Fe y Mar del Plata. Un mes intenso, cargado de encuentros, oración y discernimiento comunitario, que ha dejado huellas profundas en cada fraternidad y apostolado.
La etapa final de esta significativa visita tuvo lugar en la comunidad de Mar del Plata donde, el pasado martes 22 de abril, dio inicio a la visita con el rezo de la Hora Intermedia, marcando un comienzo sobrio y 
espiritualmente profundo. Ese mismo día, en la Eucaristía vespertina, se reunió con la Fraternidad Seglar Agustino Recoleta, a quienes alentó diciendo:
«Me alegra mucho el percibir que en Argentina se ha acertado con el método de transmitir el carisma a nuestros laicos en todas las etapas de la vida».
La jornada concluyó con un gesto de comunión eclesial: una cena fraterna junto a Mons. Ernesto Giobando, SJ, obispo de Mar del Plata.
El miércoles 23 de abril estuvo dedicado a la pastoral educativa en el Colegio San Agustín, donde los alumnos ofrecieron una colorida muestra cultural de bailes y comidas típicas. Más tarde, en un acto lleno de esperanza, se celebró la asunción de la nueva directora y vicedirectora del nivel primario. Durante estos encuentros, Fr. Miguel Ángel compartió:
«Doy gracias a Dios por la fraternidad que se vive en todas las comunidades, por el ambiente sereno y colaborativo que hay en la Vicaría».
«Doy gracias a Dios por la fraternidad que se vive en todas las comunidades, por el ambiente sereno y colaborativo que hay en la Vicaría».El jueves 24 de abril, el Prior general visitó el Instituto Antártida Argentina, segundo centro educativo de la Orden en Mar del Plata. Por la tarde, la jornada culminó con reuniones de discernimiento junto al Consejo Pastoral y al CEAR, fortaleciendo la corresponsabilidad pastoral.
El encuentro con los jóvenes de las JAR, el viernes 25, fue un momento particularmente significativo. En un ambiente de diálogo cercano, Fr. Miguel Ángel animó a los jóvenes a vivir su fe con entusiasmo y a ser luz en medio de sus realidades.
Finalmente, el sábado 26 de abril, en un clima de acción de gracias y compromiso renovado, la comunidad acompañó las exequias del Papa Francisco y, en la Hora Sexta, los religiosos renovaron sus votos, cerrando así de manera solemne la visita de renovación.
Antes de su regreso a Roma, Fr. Miguel Ángel compartió estas palabras, que recogen el espíritu de todo el recorrido por tierras argentinas:
«Hoy en la oración de la mañana fui mentalmente recorriendo cada una de las seis comunidades visitadas, recordé a cada uno de los religiosos y seminaristas, volví a pasar por el corazón muchos de los numerosos encuentros… Doy gracias al Señor por este Centenario de nuestra presencia en estas tierras argentinas. Tenemos una historia preciosa de entrega, de trabajo duro, de generosidad en la misión evangelizadora. Los animo a vivir con pasión su consagración religiosa: esa sería la mejor forma de celebrar este centenario, caminando hacia el futuro como peregrinos de esperanza.»
«Hoy en la oración de la mañana fui mentalmente recorriendo cada una de las seis comunidades visitadas, recordé a cada uno de los religiosos y seminaristas, volví a pasar por el corazón muchos de los numerosos encuentros… Doy gracias al Señor por este Centenario de nuestra presencia en estas tierras argentinas. Tenemos una historia preciosa de entrega, de trabajo duro, de generosidad en la misión evangelizadora. Los animo a vivir con pasión su consagración religiosa: esa sería la mejor forma de celebrar este centenario, caminando hacia el futuro como peregrinos de esperanza.»
Con el corazón lleno de gratitud y esperanza, y las maletas listas para el viaje de regreso a Roma, el Prior general dio por concluida la visita el 28 de abril, tras un último encuentro con el arzobispo de Buenos Aires, Mons. Jorge García Cuerva.