Toledo, España | Información: RTVD | El pasado 31 de mayo, el monasterio de las Agustinas Recoletas de Vitigudino acogió un momento de especial alegría: Sor María Zhang, natural de China, se consagró a Dios en la vida contemplativa siguiendo el carisma agustiniano recoleto. La celebración fue presidida por Mons. José Luis Retana, obispo de Salamanca y Ciudad Rodrigo, y se vivió como un canto sereno de fidelidad y esperanza en una Iglesia que sigue dando frutos en silencio.
Una historia de fidelidad que atraviesa siglos
Fundadas hace 850 años, las Comendadoras de Santiago han sido testigos silenciosos de la historia, consagradas al Señor desde la vida oculta y al servicio de la Iglesia. Con cinco conventos en el mundo —entre ellos en la India y Guinea Ecuatorial—, su carisma de vida contemplativa y servicio discreto sigue vivo en una sociedad que cambia rápidamente.
Como expresó Sor Lucía Girón, priora del convento de Toledo, en la entrevista concedida a los Agustinos Recoletos:
“El Señor nos ha conservado muchos años, y eso significa que algo bueno estamos haciendo” (→ Leer entrevista completa aquí).
Misión que no conoce fronteras
A pesar de ser monjas de clausura, las Comendadoras de Santiago han recorrido el mundo. Como relató Sor Lucía a RTVD (ver entrevista aquí), su vida contemplativa no las ha alejado del dinamismo misionero.
“Pensaba que no iba a salir del convento, pero he recorrido el mundo. He estado en la India ocho veces, en América Latina, en Roma…”
Actualmente, cerca de un centenar de religiosas forman la familia de las Comendadoras, provenientes de España y de países como India, Guinea y América Latina, donde han fundado nuevas comunidades al servicio de la Iglesia.
850 años de oración, educación y servicio
La celebración en Toledo fue un testimonio vivo de gratitud.
“Queremos dar gracias a Dios porque seguir aquí, 850 años después, no es mérito nuestro, sino suyo”, expresaron las religiosas en la eucaristía.
Presidida por el arzobispo y concelebrada por el obispo auxiliar, Mons. Ángel Fernández Collado, y Mons. Ángel Rubio, la misa fue un canto a la fidelidad y la misión silenciosa que define a las Comendadoras.
Testimonio de esperanza
En tiempos donde la vida consagrada enfrenta desafíos, la perseverancia de las Comendadoras de Santiago es un signo de que la fidelidad silenciosa sigue siendo una forma potente de evangelización.
“Si uno es feliz en lo que hace, eso lo sostiene”, dice Sor Lucía con la sabiduría de 66 años de vida consagrada.
Desde la familia agustino recoleta, nos unimos en acción de gracias por este aniversario, pidiendo al Señor que siga bendiciendo la vida escondida pero fecunda de estas mujeres que, en palabras de san Agustín en el Sermón 104, “han elegido la mejor parte”.