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Un diálogo fraterno en torno a la pobreza

El Prior General compartió con religiosos y laicos de todo el mundo dos encuentros virtuales en los que fue preguntado sobre la pobreza en el carisma agustino recoleto.

A través de los medios digitales, el Prior General mantuvo el pasado sábado un encuentro virtual con los religiosos agustinos recoletos acerca de la pobreza y del nuevo documento ‘Vivir la pobreza: gracia y reto’ que recientemente fue publicado. En dos sesiones -diferenciadas por las áreas geográficas-, Miguel Miró expuso el escrito y respondió las preguntas de los más de 300 asistentes. Desde múltiples países, en comunidad o individualmente, los religiosos y laicos cercanos a la Orden escucharon al General y conversaron con él de forma amena durante una hora.

Miguel Miró recibió numerosas preguntas relacionadas con la propia vivencia de la pobreza. Cuestionado sobre ejemplos concretos para vivir la pobreza, afirmó que ve «numerosos ejemplos de hermanos que viven con un desprendimiento admirable». «No es cuestión de dinero o de un campeonato sobre quién se priva de más cosas», dijo. A los mismos religiosos pidió unirse en proyectos comunes y sostenibles: «No se trata de obras personales sino de proyectos comunes». Asimismo dijo que los Agustinos Recoletos «no estamos por poder».

A los religiosos también invitó a tener «una visión de Orden». «Es en nuestra Orden donde el Señor nos ha puesto; tenemos una misión compartida», indicó. Además pidió tener un proyecto para todas las personas que acuden a los ministerios, así como «redescubrir la presencia de Dios». «Si la pobreza es gracia, hay que pedir al Señor que nos enseñe a ser pobres», indicó

Acerca de las posibilidades que los laicos tienen para vivir la pobreza y acercarse a ella, Miró invitó al voluntariado desde ARCORES. Deseó que en colegios y parroquias haya una «sensibilidad constante por los pobres». En este sentido, desde el contexto laical aseguró que la pobreza se experimenta «viviendo en la familia, agradeciendo lo que tenemos y teniendo gestos con aquellos que necesitan». «Insisto en el documento que donde estemos nosotros como algo propio de nuestro carisma se manifieste esta dimensión social», aseveró.

El encuentro permitió a los religiosos dirigirse al Prior General y preguntarle dudas relativas a su propia vida religiosa y a la pobreza, dimensión propia del carisma agustino recoleto. La experiencia tuvo un enorme alcance y acercó a Miguel Miró desde Roma a todos los puntos del mundo.

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