Epistula 167,2
Pensamiento del Mar 28
Un fulano cayó en un pozo donde el agua era bastante para que flotase sin morir ni ahogarle, no impidiéndole hablar, y acercósele otro y, al verlo, le dijo con admiración: «¿Cómo has caído aquí?» Y el otro le respondió: «Por favor, mira a ver si puedes sacarme de aquí y no me vengas con preguntas sobre cómo he caído».