Sal 50: Un corazón quebrantado y humillado, oh, Dios, tú no lo desprecias.

Is 58, 1-9a: Este es el ayuno que yo quiero.

Mt 9, 14-15: Cuando les sea arrebatado el esposo, entonces ayunarán.

Comentarios de san Agustín a las lecturas

Viernes después de Ceniza


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