San Nicolás de Tolentino, presbítero

Nicolás (Sant’Angelo in Pontano, Macerata, 1245 – Tolentino, 10 de septiembre de 1305) ingresó de niño entre los agustinos de su pueblo natal, primero como estudiante y luego como novicio. Tras la ordenación sacerdotal, obtuvo la facultad de predicar y fue destinado a varios conventos de la provincia picena.

Los últimos 30 años de su vida transcurrieron en el convento de Tolentino, que se convirtió en su patria adoptiva. En él murió con fama de santo y taumaturgo e inmediatamente su tumba se convirtió en meta de incesantes peregrinaciones.

San Nicolás ha sido presentado como el luminar más brillante de la santidad de la Orden y elevado a modelo de vida agustiniana, por haber acertado a armonizar en los albores de la Orden la vida común, la oración y la contemplación con las exigencias de un intenso apostolado. Su santidad puede resumirse en tres rasgos principales: oración intensa y penitencia en la perfecta vida común agustiniana; infatigable ministerio apostólico a través de la predicación y el sacramento de la reconciliación; incansable asistencia los hermanos, sobre todo a los más necesitados: enfermos, pobres, familias en dificultad.

Fue famoso por sus milagros, que le merecieron el título de taumaturgo. Fue canonizado por Eugenio IV en 1446. Su cuerpo está expuesto a la veneración de los fieles en su santuario de Tolentino.

Documento relacionado: Biografía de San Nicolás de Tolentino (PDF, 108 kb)

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