Los actos se han desarrollado entre el 14 y el 22 de septiembre en nueve de los países en los que está presente la Orden. Parroquias y centros educativos de Colombia, España, Filipinas, Guatemala, México, Panamá, Perú, República Dominicana y Venezuela, han celebrado eucaristías especiales agradeciendo a Dios su existencia y su historia como comunidad dentro de la Iglesia.
Tres meses antes, el 13 de junio, el Prior General había dirigido a todos los religiosos un mensaje invitándolos a “dirigir con gratitud y desde la fe, una mirada a nuestra historia y de manera particular a este último siglo de la vida y misión de la Orden”. “Busquemos en ella –añadía aquello que da testimonio, no s ólo de la historia del hombre, sino también de la intervención divina en las vicisitudes humanas. Aprendamos de la entrega y santidad de tantos hermanos, así como también de los errores de entonces y de ahora.”
Y, en el marco del proceso de reestructuración y revitalización que vive la Orden, el Prior General hacía las aplicaciones correspondientes: “hoy también tenemos que ser respuesta a las crisis de la sociedad viviendo una vida evangélica y haciendo nuevas propuestas de interioridad agustiniana, de servicio a la Iglesia y de caridad solidaria”.
Con el Nuncio y la Orquesta Nacional de Colombia
El Nuncio en Colombia, entre el Prior General y el Provincial de Colombia En respuesta a la convocatoria del Prior General, se han tenido actos de clausura a lo largo y ancho de la geografía agustino-recoleta. La celebración más relevante ha tenido lugar el 14 de septiembre en el Colegio Agustiniano Salitre de Bogotá. Comenzó con una conferencia a cargo del agustino recoleto Uriel Patiño, rector de la Universidad que la Orden tiene en aquella ciudad. Patiño hizo una reseña histórica de la promulgación del Breve por el papa san Pio X, destacando la importancia del documento para los agustinos recoletos.
Al acto académico siguió la eucaristía en honor de la Virgen de la Consolación, patrona de la Orden. Presidía monseñor Ettore Balestrero, Nuncio Apostólico en Colombia, y con él concelebraban el prior general, Miguel Miró, el Prior Provincial de la Provincia colombiana y el Vicario Provincial de la provincia brasileña de Santa Rita, además de otros muchos religiosos venidos de todas las comunidades de Colombia. En la eucaristía destacaba la presencia de los jóvenes profesos del teologado de Bogotá, los novicios de El Desierto de la Candelaria (Ráquira, Boyacá) y una veintena de postulantes venidos de Manizales. Además asistía la hermana Miriam Neyra, superiora general de las Misioneras Agustinas Recoletas, junto con otras hermanas y las novicias. Con ellas estaban varias religiosas Agustinas Recoletas de los Enfermos, la congregación colombiana fundada por los recoletos hace unos decenios. Y no faltaban, en fin, numerosos miembros de las fraternidades seglares, representantes de los profesores de la Uniagustiniana, de los colegios y parroquias de Bogotá, familiares de religiosos, amigos y religiosas de otras congregaciones que se unieron a la fiesta.
Concluida la misa, en el amplio salón de actos del Colegio, la Orquesta Sinfónica Nacional de Colombia emocionó a los presentes interpretando el Himno a la Recolección Agustiniana, que compusiera en Filipinas hace 60 años el agustino recoleto fray Domingo Carceller. Siguió todo un concierto de música sacra con obras de Arcangello Corelli, Juan Sebastián Bach y Gustav Holst.
El prior general, Miguel Miró, clausuró el acto dando gracias a Dios por la Recolección, surgida en España y en Colombia hace más de cuatro siglos. Recordó el lema del Centenario: “Antes, ayer, hoy, siempre”, para mostrar cómo la mano de Dios ha guiado los acontecimientos humanos en la historia, vida y misión de la Orden. Destacó que también hoy los agustinos recoletos están llamados a vivir la experiencia comunitaria de san Agustín, así como a reavivar el espíritu misionero de los primeros recoletos. E invitó, finalmente, a sentirse unidos a toda la familia agustino-recoleta con el deseo de tener una sola alma y un solo corazón dirigidos hacia Dios.
En otros lugares
No ha sido Colombia el único lugar donde se ha recordado la efeméride. Con más o menos solemnidad, toda la familia agustino-recoleta ha clausurado el Centenario en los diferentes países. Son dignos de especial mención algunos como España, Venezuela o México, en los que se hallan presentes varias provincias de la Orden que, a pesar de la autonomía de que gozan, han organizado los actos en común.
Y especial resonancia han tenido las eucaristías presididas por obispos que, por lo general, han sido agustinos recoletos. Así ha sido la de Lima, del día 14, en la parroquia de Santa Rita. La presidía monseñor Emiliano Cisneros, agustino recoleto obispo de Chachapoyas (Perú), y a su lado concelebraba su hermano de hábito monseñor Carmelo Martínez, obispo de Cajamarca. Lo mismo ocurrió en Caracas, en cuya parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe se dieron cita el día 15 todos los recoletos de Venezuela, de las dos provincias. En una emotiva eucaristía que presidió monseñor Alejandro Castaño, obispo agustino recoleto de Cartago (Colombia), se les unieron las Misioneras Agustinas Recoletas, las Agustinas Recoletas del Corazón de Jesús y representantes de las distintas fraternidades seglares. Otro tanto puede decirse de la de Filipinas, celebrada el día 16 en el Centro de Formación Recoletos de Quezon City y presidida por monseñor Leonardo Z. Legaspi, arzobispo emérito de Caceres. Y lo mismo, en fin, de la de Costa Rica, que tuvo lugar el día 18 en la iglesia del Carmen de Alajuela. Al frente de los 16 agustinos recoletos concelebrantes, en ausencia de monseñor Ángel San Casimiro, estaba el obispo emérito de la diócesis, monseñor José Rafael Barquero..
España podría considerarse como centro de gravitación de la Orden, dado que en este país reside un tercio del total de agustinos recoletos y en su capital tienen su sede central cuatro de las ocho provincias que componen la Orden. El día 15 de septiembre, en la parroquia madrileña de Santa Florentina, tuvo lugar una celebración eucarística que presidió monseñor Fortunato Pablo, obispo de Chota (Perú). Le acompañaban otros dos obispos agustinos recoletos, los dos españoles como él, aunque éstos pastores en la Amazonia brasileña: José Luis Azcona, obispo de Marajó, y Jesús Moraza, de Lábrea. Junto a ellos, en torno al altar, estaban tres de los cuatro priores provinciales y otros muchos sacerdotes, religiosos y seglares recoletos de toda España.
En otros países en que no se ha podido contar con la presencia de un obispo que presidiera la eucaristía, se ha hecho lo posible por darle a la celebración un relieve especial. Las reuniones se han solido convocar en casas de formación, y han estado vinculadas a actos culturales o devotos. En la República Dominicana, la fiesta se celebró el día 16 en el aspirantado de San Agustín. En Panamá, la celebración se prolongó toda una semana, que se presentó como semana vocacional. Y en Querétaro (México), en fin, la fiesta del Centenario se celebra el 22 de septiembre unida a la conmemoración de los 325 años de las monjas agustinas recoletas de México. Con este doble motivo va a tener lugar en el seminario de San Pío X una eucaristía, que luego se continuará con un acto cultural, para culminar en el solemne rezo de vísperas.