Los problemas sociales que atacan la sociedad en general, y la ciudad de Chachapoyas, fueron los elementos clave a los que apeló Aransay en su mensaje de moralidad y de responsabilidad. Temas como el mal uso del dinero, las drogas y el narcotráfico fueron criticados por este agustino recoleto por ser “factores que distorsionan al hombre”.
El agustino recoleto se refirió al narcotráfico como un problema en todas las sociedades: “Para algunos entrar en el mundo de las drogas es una manera fácil de hacer dinero, aunque ello suponga ir sembrando muerte, y se enrolan en el narcotráfico. En Chachapoyas circula el dinero con una facilidad asombrosa”. Aransay denunció el “mercado de muerte, de mercaderes de muerte”.
La alocución terminó con una frase del Papa Francisco: “La plaga del narcotráfico, que favorece la violencia y siembra dolor y muerte, requiere un acto de valor de toda la sociedad”.
Sistema neoliberal
Aransay empezó su discurso denunciando el sistema económico actual al que calificó como “incontrolable y materialista”. Según este agustino recoleto “la humanidad se encuentra atrapada por un sistema económico financiero generado básicamente por el capitalismo neoliberal. Un sistema objetivamente inhumano. Un sistema alimentado básicamente por el deseo insaciable de la riqueza”.
Además advirtió que este apunta la economía del bien común de la sociedad: “Este sistema pervierte la economía al buscar no la producción de los bienes y servicios necesarios para la comunidad humana, sino la acumulación de riqueza en manos de las minorías más poderosas de la Tierra. Sistema que tiene su propia lógica: aparta la economía del bien común de la sociedad; no soporta ningún control o regulación que trate de limitar su voracidad; promueve la competitividad implacable anulando las posibilidades de una cooperación cada vez más necesaria y hace imposible echar las bases políticas y éticas de cualquier proyecto de gobernanza mundial”.