La Orden de Agustinos Recoletos se une al júbilo de la Iglesia universal y asegura su oración por el nuevo Papa, guía del pueblo de Dios.
Roma ha vuelto a hablar con el lenguaje del Espíritu. Desde la chimenea de la Capilla Sixtina, la fumata blanca ha anunciado al mundo una noticia que llena de esperanza a millones de corazones: Habemus Papam. Tenemos Papa.
La elección de un nuevo sucesor de Pedro es siempre un momento de gracia para la Iglesia. Un nuevo pastor ha sido llamado por Dios para confirmar en la fe a sus hermanos y guiar al Pueblo de Dios en tiempos de esperanza y desafíos.
Desde el primer instante, los Agustinos Recoletos —extendidos en más de 20 países— se han unido en oración por el nuevo Pontífice. “Ya rezamos por ti”, como expresa el mensaje que acompaña la imagen del humo blanco, signo visible de la elección. Rezamos por su ministerio, por su sabiduría, por su fidelidad al Evangelio, y para que el Señor lo fortalezca en su servicio a la Iglesia y al mundo.
En comunión con toda la familia agustino recoleta —religiosos, religiosas y laicos—, acogemos con gratitud al nuevo Papa y renovamos nuestra disponibilidad para servir a la Iglesia allí donde más se necesite. Como San Agustín nos enseñó, “con vosotros soy cristiano, para vosotros soy obispo”. Hoy, estas palabras resuenan con fuerza en quien ha dicho sí al llamado de Dios desde la Cátedra de Pedro.
¡Bienvenido, Santo Padre! Caminamos contigo.